martes, 28 de marzo de 2006
Las chorreritas del Martinete
El sábado me llamó mi amigo C. (el de la buena suerte), para salir por la noche. Estuvimos primero en la Carbonería, que hacía años que no visitaba (de hecho me perdí por el camino). A petición popular, me senté un al piano para hacer un poquito el ridículo y tal. Espero que no estuvieras allí; el que hizo el gilipollas en el piano a eso de las 12 de la noche era yo :)Después fuimos a Novara, y como llegamos tempranito, ni nos cobraron ni nada. Se estaba bastante bien, si no fuera porque se pasaban con el riguitón y había demasiado pureteo para mi gusto. Mi amigo C. me dijo que le entrara alguna de las puretas a ver si con suerte me presentaba a alguna de las hijas. Nos ha jodido con el cachondeíto, como yo era el único desparejado...
Al margen de eso, diré que ahora que leo blogs de mujeres entro en las discotecas y hasta soy capaz de darme cuenta de que... ¡las tías también miran a saco! Claro, ahora que me he podido meter en la mente de las mujeres gracias a sus blogs, comprendo cómo va el asunto... Si es que esto de los blogs es un pelotazo...
AHORA BIEN. Se proponen las siguientes máximas:
1.- El interés que pone una tipa en mirarme es inversamente proporcional al morbo que pueda despertar en mí.
El recíproco también se cumple:
2.- El interés que pongo en marcar a una tipa (y por lo tanto el morbo que produce en mí) es inversamente proporcional al interés (y por lo tanto las posibilidades que tengo de poseerla) que la susodicha tiene por mí.
Con lo cual estamos en las mismas. Y no olvidemos que a mí las discos me parecen los lugares más patéticos donde ligotear. Joder, si es que los únicos factores que se ponen en juego son las apariencias físicas... En fin.
El caso es que estuve poquito, porque entre que se cambiaba la hora y que tenía que madrugar para irme de excursión a la Sierra, llegué a casa a las 4 y me levanté a las 9 y media, que para ser Domingo no está mal. El lugar al que fuimos se llama San Nicolás del Puerto. Es un pueblo minúsculo de la Sierra Norte de Sevilla, a una hora escasa de carretera desde la capital, pero que cuenta con una serie de monumentos naturales extraordinarios y la verdad que bastante desconocidos. Primero estuvimos en el nacimiento del Huéznar, que es un pequeño riachuelo que nace del subsuelo, lentamente, produciendo unas mini-corrientes visibles a simple vista. El agua, sorprendentemente, mana fría del subsuelo y puede beberse tal cual, allí mismo. En esta zona la verdad es que se lo han currado, hay varias rutas de senderismo tanto para hacer a pie como en bicicleta, también hay zona de cámping, comederos... y puedes encontrarte bellísimas estampas ideales para películas de suspense como la de arriba.
Después fuimos a almorzar, y para qué. Chuletitas de cordero, vino y sobre todo licores de hierbas y de guindas, éstas últimas muy típicas de esta zona, sobre todo de la vecina Cazalla. Total, que con el puntito cogido nos dispusimos a tomar las cuestas resbaladizas cuales cabras montesas, para visitar las llamadas chorreritas del Martinete, que no son más que pequeñas cascadas en las que el Huéznar se transforma tras su nacimiento. Me parece increíble que existan parajes tan extraordinariamente bellos tan cerca de Sevilla y que sean tan desconocidas. Si has visto la típica imagen de una sirena bañándose en una cascada (en filmes como La playa o El lago azul, por ejemplo) has de saber que aquí puedes imitar esas estampas. Y además puedes bañarte, solo o en compañía. Yo en varias ocasiones me senté en las rocas simplemente embobado viendo el agua en continuo movimiento o dejándome hipnotizar por el sonido del chapoteo, y me planteé en varias veces bañarme. Como las condiciones no eran muy favorables, hemos acordado volver más adelante, cuando haga algo más de calor y con los avíos de baño pertinentes.Si confías plenamente en tu chica y piensas que es la definitiva, invítala a venir, os bañáis y os aseguro que viviréis una experiencia sin igual. Si no estás seguro de ella, no la lleves. Bañarte en estos parajes con una chica y luego perderla hará que el recuerdo se haga tan insoportablemente doloroso que jamás podrás superarlo.
