sábado, 10 de febrero de 2007
Señales de vida

Finalmente, 2 días después de enterrar a mi padre, retomé el último repaso a los apuntes y 3 días después sí que hice el examen. Evidentemente no se podía exigir mucho en la prueba dadas las circunstancias, más que nada lo hice ya por inercia, con ganas 0. Fue un examen bastante jodiente, poco común, del tipo de la
gran follada de hace ya dos años. Sin embargo he de decir que como el año pasado, en el momento no fui consciente de que mis capacidades estuvieran mermadas, de hecho di el 100% y seguí con el protocolo de actuaciones previsto, incluso aumenté las dosis de pirulas para asegurar que harían su efecto desde días antes de la prueba. Para mí lo de mi padre no es excusa.
Al final, una vez más, se ha resuelto en un nuevo y rotundo fracaso (y ya van cuatro). Mi hermano ha jugado un mejor papel, pero también está fuera (y ya van cinco). Todo esto me ha hecho pensar varias cosas. La primera, que da igual lo que me prepare, no importa que planee la estrategia o el método de hacer el examen, ni que cuide tal o cual aspecto o detalles: al final en el examen no puedo llevarlas a cabo nunca, ya sea por torpeza, por falta de tiempo o por nervios. Resulta que año tras año, da igual que el examen sea fácil, difícil, que esté bien preparado, o mal, que haya estudiado mucho, o poco: sigo sacando siempre lo mismo, y es claramente insuficiente. Tampoco importa que cuide determinados detalles y compruebe en casa, a base de hacer simulacros, que realmente mejoro en esos aspectos: al final en el examen vuelven a relucir mis carencias, las mismas que en los simulacros parecen haber sido resueltas.
Es la primera vez que he visto claro que no sólo no soy uno de los elegidos, sino que además tengo claros indicios de que nunca lo seré. Es la primera vez que voy a volver a afrontar todo esto con la certeza de que no lo voy a conseguir nunca.
He pasado unas semanas realmente perdido, sin ganas de nada. Ni siquiera me he parado demasiado a pensar en lo que voy a hacer, porque es que por no apetecer, no me apetecía ni siquiera pensar, aún siendo una necesidad. Por ahora parece claro que, pese a esta certeza que ya se ha instalado en lo más profundo, voy a volver a intentarlo en exclusiva. No sé si será por tozudez o simplemente por inercia porque no me apetece tomar un papel activo con respecto a mi vida, porque a fin de cuentas las alternativas que tengo (nulas) son igual, si no más, de desesperanzadoras que ponerme a estudiar una vez más lo mismo con la certeza de no conseguirlo.
Ya estuve 2 años (dos) trabajando 43 horas semanales por un sueldo inferior a 800€ netos. Ésa es mi alternativa a pegarme un nuevo cabezazo contra el muro. Pero en estas semanas, en las que aparte de esta nueva certeza que parece que voy vislumbrando, también intuyo que la etapa en la que me puse a estudiar exclusivamente por conseguir un nuevo sueño (una vez desechado el
antiguo, con todo el dolor del puto mundo), incluso he rebajado el precio por el que me vendería: ¿me ofreces un curro de 1800€ mensuales? No, ¿verdad?
Y es que efectivamente he vuelto a perder toda esperanza. Ahora ya no creo que exista nada que me pueda ayudar. Ni en el futuro, ni en la belleza, ni en nada. Con la certeza de que el trabajo de tu vida no está en infojobs. Con la certeza de que la mujer de tu vida no está ni en la tipa que baila en la pista de baile mientras te mira con lascivia, ni en la que esconde la cabeza tras el atril y los puntes del MIR en la biblioteca, ni en match.com (tus muertos), ni en la que se toma un café sola en la cafeta. Y la certeza de que no hay esperanza en que de repente te caiga la suerte del cielo, ni los millones ni una puta llamada de teléfono o un e-mail diciendo "Hola, me gusta lo que haces y cómo eres, te ofrezco la posibilidad de desarrollar tu creatividad".
Una amiga me dijo que ahora que hay alguien en el cielo vigilándome, quizá sería la ocasión en la que aprobaría el examen. Pero esas cosas sólo pasan en las películas.
Estos días he estado tremendamente negativo y desganado, como te estoy diciendo. No tenía ganas de escribir, tan sólo estaba bien si leía, si escuchaba música (de repente me acordé de esta canción: Dune-"Espiral" del año 93. La he escuchado mucho estos días:)
Lo único que realmente me ha salvado estos días ha sido, cómo no, la música. Mi música. Aunque me costaba ponerme, una vez que cargaba el proyecto en la RAM, me he llegado a pasar horas escribiendo. Y además he descubierto que si en vez de encender la luz de mi cuarto, enciendo el flexo y lo pongo junto al portátil, no me canso nunca y puedo estar más horas. Y al final he hecho de tripas corazón y he terminado de escribir un tema que empecé en octubre, si bien cuando lo inicié no tenía nada que ver con mi estado de ánimo actual. Aquí está, la he titulado precisamente "Señales de Vida".

Si quieres la puedes descargar
aquí. Totalmente gratis, total...
Es lo más positivo que puedo ofrecer por el momento. Poco a poco estoy mejor, es cierto que lo que más me apetece es leer y escuchar música, y poco de tomar las riendas, pero ayer incluso me empezó a apetecer hacer algún viaje, y tengo concierto el próximo día 2. Lo de las clases tampoco salió, voy a poner otra vez carteles, intentaré coger más alumnos, y así pillo algo de pasta y me distraigo.
Y después, toca lo que toca, estar tranquilo, muy tranquilo, y volver a encerrarme con la Claudio's Symphonic Orchestra y seguir escribiendo...
Claudio ::
sábado, 10 de febrero de 2007 a las 5:29 p. m. ::

-------------------------------------