lunes, 10 de octubre de 2005

Días de lluvia

Hoy por fin este paisaje se ha hecho visible. Con las ganas que tenía... (ue como puede verse en esta foto, también hay belleza en el otoño...)
Y mentras, en Chile llega la primavera; es la belleza que tiene este planeta donde nos ha tocado vivir...

Hoy quería contaros algo que he pensado últimamente. Es una analogía. El juego de las relaciones de pareja.
¿Os acordáis de un juego de cuando éramos pequeños que consistía en hacer girar a (n) niños alrededor de (n-1) sillas al son de la música hasta que ésta cesaba y había que sentarse? El único fin era no quedarse sin silla, no ser el desafortunado niño que se quedaba fuera del juego. Además, mientras jugabas a última hora esperando a que tu madre llegara para llevarte de vuelta a casa, ella misma sentía el juego en carne propia con el corazón en un puño, y sólo suspiraba para que su hijo no fuera el pobre hazmerreir de la clase que se quedaba de pie.
A veces se daban situaciones graciosas, como cuando dos niños se peleaban por una misma silla mientras otra quedaba libre, sin que nadie se percatara, o como cuando algunos niños realmente se mataban por una silla mientras que otros simplemente se la encontraban frente a ellos, sin luchar lo más mínimo.
Pues algo así es el juego de tener pareja. Nos sueltan a eso de los 13 años (o antes), paran la música y cada cual que se las arregle. El colmo de la felicidad es no ser de los pocos que se quedan sin su silla. Y a veces incluso las madres suspiran por sus hijos cuando al fin consiguen sentarse, respirando aliviadas mientras piensan "ya estoy tranquila, ya está en a salvo" (algunas ponen más interés que sus propios hijos). Hay quienes están tan obsesionados por encontrar su silla que realmente es más importante el sentarse que ver en dónde lo hace.
Y yo creo que ya estoy mayor para este juego, y que no merece la pena pelearse con un semejante por una silla, cuando puedes encontrarte una que no quiere nadie sin tener que luchar.
Evidentemente no soy tonto, y si me encuentro una silla me sentaré en ella, pero no en cualquier silla sólo por el hecho de sentarme, ni jugándome la vida en ello.

Claudio :: lunes, 10 de octubre de 2005 a las 11:50 p. m. :: 0 comentario(s)

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