miércoles, 25 de mayo de 2005
El kiki
Otra vez se me ha hecho tardísimo y no voy a poder escribir lo que pretendía. Es que me han llamado excompis de trabajo para ir a tomar algo y no he podido negarme.
La verdad es que incluso hoy martes todas las terracitas estaban muy bien ambientadas, y en la cervecería "El kiki" que es donde hemos quedado, se estaba de lujo.
Yo no, porque tenía que conducir, pero a lo tonto a lo tonto estas dos se han cogido un cebollón considerable, teniendo en cuenta que sólo estamos a martes.
De vuelta a casa he vuelto a tener esa sensación que tenía un año atrás, cuando salía lo mismo un lunes que un miércoles, hasta las tantas, borracho como una cuba si se terciaba. Eso sí que lo echo de menos de aquel curro: ese tipo de personas que siempre está dispuesta a tomarse algo contigo, siempre dispuesta a hacer locuras, más propias de la edad estudiantil que de un respetable trabajador de traje y corbata. Y me he dado cuenta de que tener ese tipo de amigos no tiene precio.
Y que en aquellas ocasiones cuando volvía a casa no lo hacía solo, había alguien dispuesta a ayudarme a subir las escaleras, a quitarme la corbata, a deshacer la cama, a dormirme. Eso tampoco tenía, en aquellos momentos, precio. Y puede que ahora tampoco. Sólo puede.
Yo ahora me acuesto, como entonces, pero mañana no me pondré una corbata ni unos zapatos, sino la primera camiseta que encuentre y las botas de faena. Y donde antes había proyectos e ilusiones mañana habrá sólo sueños. Y me esperarán horas y horas de estudio que antes eran horas y horas de e-mails recordando la mejores anécdotas de la juerga, y horas y horas de e-mails que me reprochaban lo pronto que me dormí la noche anterior.
Felices sueños.
Claudio ::
miércoles, 25 de mayo de 2005 a las 12:52 a. m. ::

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