Si ya hasta los reyes y los príncipes se separan... Ellos que no tienen problemas para encontrar un trabajo no-mileurista, que tienen asegurada una casa (o un palacio, si se tercia) sin pagar ni un pavo, ellos que no conciben problemas a la hora de tener hijos porque no puedan dejar el trabajo, no tengan con quien dejar a los niños por las tardes, no puedan pagar los miles de euros en pañales o una guardería que esté cerca; ellos que pueden decirle "reina" o "princesa" en el sentido literal, y no mis paupérrimos cari, chiqui, churri, churrina, cariño, gordi o a lo sumo "tesoro"... Ellos que no tienen que pensar en dónde ir (o cómo pagar) las vacaciones de Navidad en Candanchú pa esquiar o en Mallorca a darse un voltio en el yate y que ni siquiera tienen que discutir porque la cocina se haya quedado sin fregar el domingo... Por no discutir no discuten ni por er furbo, no le puede decir que se levante del sillón de una vez y le preste atención, puesto que éstos el furbo lo ven en el estadio, en el palco y de grati.
¿Y todavía me pides que me case contigo? Si ellos que lo tienen todo a su favor se separan... ¿qué esperas de nosotros?
(Y no me digas "es que tú no sabes qué puede pasarte a ti" o "es que porque les pase a ellos no te tiene que pasar a ti también")
No existe mentira más absurda que "No cari, yo nunca te haría eso" ni verdad más ingenua que "No me esperaba eso de ti".
Una vez descubiertas estas máximas, se ha resuelto que la mejor manera de salir airoso de estas situaciones (ya sea desde uno u otro lado) serían, a saber:
Caso a): Ella me pregunta si sería capaz de hacer algo así.
Ella: Huy los pobres, qué mal lo estarán pasando, el tío ha sido un cabronazo. Menos mal que yo contigo estoy tranquila, porque tú nunca me harías algo así ¿verdad?
Yo: No, qué dices cariño, yo nunca te haría eso. (Hombre, siempre siempre aunque la ocasión la pinten calva y sea improbable de que te enteres....)
Caso b): Ella me dice que nunca sería capaz de hacer algo así.
Ella: No cari, yo nunca te haría algo así.
Yo: Lo sé cari. (Pero vamos, que yo lo que es poner la mano en el fuego... no la pongo ¿jabe?)
Caso c): No me lo esperaba de ella.
Ella: Tenemos que hablar.
Yo: Joe cari, no me esperaba eso de ti... (No, espérate, nos han jodío...)
Caso d): No se lo esperaban de mí.
Ella: Claudio, no me esperaba eso de ti...
Yo: Ya lo sé, tienes razón, soy un mierda, no sé cómo me aguantas. (Vamos a ver, yo ya te dije que era así desde el principio, de hecho no quise tener nada contigo porque sabía que no me aguantarías, y al final cedí porque me insististe que tú "no eras como las demás", y sí que eras comprensiva, respetabas mi espacio y bla bla bla...")