domingo, 26 de febrero de 2006
Meiquinof (Así se hizo)

Para alimentar la intriga (¿?) para el estreno del próximo día 1, y para quien le interese esto de los procesos creativos que culminan en diversas obras y tal (bueno, y que coño, porque está de moda como método de promoción y porque estoy aburrido) se presenta el Making Off promocional de mi última obra, la Pequeña Suite Para Orquesta que he escrito.
El proceso de creación comienza allá por Agosto-Septiembre de 2005 con la elección y testeo de la instrumentación que cumpliera con los requisitos de calidad y potencia acorde con mi hardware disponible. Como me iba a enfrentar a una composición en cierto modo seria, desempolvé mi viejo cuaderno de música y los apuntes de armonía, y también me documenté un poco sobre orquestación artística y contrapunto, para no verme tan desnudo ante la inmensidad de texturas y posibilidades que te ofrecía la orquesta.


Una vez esbozada la instrumentación inicial, había que comenzar con la composición propiamente dicha. Sobre esto he leído de todo, pero la conclusión final a la que se llega (avalada por grandes compositores de prestigio contemporáneos, de hecho) es que cada músico tiene su método de trabajo particular, y de hecho éste no es el mismo en todas sus composiciones. Yo comencé como antaño sentándome ante el teclado hasta que surgieron varias melodías interesantes. Cuando ya tenía ésta concretada, me senté también como antaño a escribir la armonización que para mí me parece más importante, que sería la de la sección de cuerdas. Ésta sí la esbocé en papel siguiendo criterios puramente de armonía, aunque al final la retoqué guiándome sólo por el sonido, sobre todo en cuestión de notas de paso y demás arreglos.
Una vez escrita la melodía principal y la armonización de las cuerdas, tocaba ya meterse en el estudio a empezar a grabar…

Bueno, se me olvidaba que no podía contar con estudio, ni con músicos ni con ná…
Vale, quería decir que tocaba empezar a transcribir…

Sin querer entrar en demasiados detalles técnicos y aburridos acerca de este tema, comentaré que me encontré con el problema principal de “convencer” al ordenador de que tenía 1Gb de RAM y no 512Mb, y conseguir que así corriera software donde se indica claramente como requisito mínimo 1Gb e incluso “recomiendan” 2Gb. Finalmente, con cariño y paciencia (y algo de ingenio) se consiguió, aunque más de una vez pensé en posponer el proyecto hasta que pudiera solucionar este detalle, sobre todo ante las largas esperas (de hasta 45 minutos) para poder empezar a trabajar en cada sesión :)


En el aspecto puramente artístico, tuve que documentarme de forma adicional sobre instrumentos que no tenía ni idea de cómo funcionaban, como puede ser el arpa (que tuve que investigar qué tipo de escalas usa para los tristes glissando que al final se introdujeron), o las percusiones.

Además, en este punto se escribieron partes adicionales de viento-madera, metales y el solo de piano. Un proceso largo en el que hay que tener también grandes dosis de paciencia, pero que al final merece la pena y se muestra ciertamente agradecido, “obsequiándote” con la posibilidad de que se componga solo; a saber, la música surge por sí misma, y te “pide” los distintos pasos, adiciones, etc.
El último paso fue introducir la parte vocal, la más complicada a nivel técnico (a ella se debe la compra de un disco duro externo y las esperas de 45 minutos por sesión)…
Y al final, el resultado. Ni bueno ni malo, simplemente mío, sin grandes pretensiones, más bien modesto; una forma de pasar el tiempo expresándome, seguir aprendiendo y quién sabe qué más.
¿El resultado? Ya sabes, a partir del día 1 en las mejores salas :)
Claudio ::
domingo, 26 de febrero de 2006 a las 1:37 p. m. ::

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