domingo, 17 de diciembre de 2006
Ayer lo estuve pensando todo el día. Y ya simplemente llego a la conclusión de que hay que rechazar la pretensión de explicar fielmente lo que uno puede sentir en la noche. Ni siquiera Serrano llega a decirlo con exactitud, aunque se acerca. Vale,
Ana, yo sé que tú piensas que sí :)
La noche debilita los corazones,
noches de funeral, de vino y rosas.
Brindemos por el amor y sus fracasos,
quizás podamos escoger nuestra derrota.
El sol limpia las calles, la memoria,
feroces pasiones atenúa.
Invéntate el final de cada historia,
que el amor es eterno mientras dura...

Que además, todos los sábados me acuerdo de la canción cuando veo a
laqueestabaconelcascos en el
salsarrosaqueahorasellama'dolche'vita. Total, que ya no pretendo explicar estas sensaciones, ni mucho menos, que se comprendan. Sólo te puedo decir que si algún día pasas por Sevilla en una noche de éstas, pues te vienes, y a lo mejor te haces una idea. Otra cosa no
me se ocurre.
De lo que me traje: Una tarjeta del restaurante italiano donde almorzamos. Los dueños encantadores (no hablaban ni papa de castellano, con lo cual alguna que otra hasta se humedeció más de la cuenta y tanteó el terreno para ver si se venían después a tomar copitas con nosotros).
Me enseñaron a decir que todo estaba "ecscuisito", y que el italiano es más entonación y la mano así p'arriba que vocabulario en sí. También nos quisieron obsequiar con un extraño licor de limón llamado "Limoncheeeeelo" (
limoncelo, léase con acento italiano y con la mano p'arriba) y al final le embaucamos y conseguimos que nos dejara la botella entera :) La comida,
ecscuisita, como te estoy diciendo. Unas selecciones de quesos de toda la geografía italiana, unos calientes, otros fríos, unos con miel y mermelada francesas (me traje dos botecitos de recuerdo), otros con trufa caliente, otros con jamón... Y ensaladas, y pasta, y una pizza, y suflé de chocolate caliente...
Total, que ya a eso de las 6 de la tarde, con el Limoncelo, el vino y la comida, las tiparracas de la otra mesa se dieron por aludidas cuando estábamos dándole la espalda a nuestra mesa, y decidimos que era hora de "empezar" a beber. ¿Cómo expresar los paseos por el centro de Sevilla, aunque esté todo de obras? ¿Cómo explicar que hay intervalos de tiempo que simplemente se borran? ¿Cómo expresar el verte rodeado de abrazos y besos a cada momento? Que todos nos convertimos en uno, que si tú eres amigo de S. da igual que no te conozco de nada, tú te vienes a dormir a mi casa. ¿Cómo reproducir que entre besos y abrazos ver de pronto la cara de tu amiga y ves que tus lágrimas son sus lágrimas? ¿Cómo explicar que te pones a llorar entre besos y abrazos si ni siquiera sabes si las lágrimas son de alegría o de amargura? Que debajo de todo aquello cada cual tiene su mierda, y todos tienen sus motivos y su historia.
Imposible explicar lo que es verte en la Carbonería, junto a la chimenea, y que te dice: "espera, vamos a escuchar un momento". Y se hace el silencio sepulcral y surge la guitarra y la voz de la tipa con bata de cola diciendo: "Ehto va por tó la hente de Cai güena... ole"(con acento en la o) Y canta
eso de...
Que tengo un amor en La Habana
y el otro en Andalucía,
no te he visto yo a ti, tierra mía,
más cerca que la mañana
que apareció en mi ventana
de La Habana colonial
tó Cádiz, la Catedral, La Viña y El Mentidero...
Y verán que no exagero
si al cantar la habanera repito:
La Habana es Cádiz con más negritos,
Cádiz, La Habana con más salero.
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Niña no me hagah ehto, que ya'llorao sufisiente por hoy...Y después, como en el fondo había un grupito cantando con una guitarra... pues qué íbamos a hacer, apalancarnos y cantar con ellos hasta que que los
malahe de los camareros nos echaron para limpiar. Y Esteban (cantante), que me presentó a sus apellidos, y la que cantaba de los rizos, que me miraba y me pedía que me fuera con ella sin hablarme ni
ná....
No se puede explicar.
También me traje, como se ve en la foto, algo que aunque parezcan supositorios, no lo son. Son dos pequeños elipsoides de revolución con alto coeficiente de deformación (en física nuclear se llaman 'prolate' u 'oblate', y hay que les dice 'apepinados' o 'achatados') magnetizados. La cosa está en que al lanzarlos con la mano hacia arriba un poco separados, la combinación de las fuerzas magnéticas y gravitatoria, producen que ambos vibren y hagan un sonido así parecido al de un insecto o o algo así. (Como los malos de la peli "Señales" más o menos) Es que vimos a una china que los vendía, y como A. se sentía culpable por haberme hecho llorar, pues me lo regaló :) Y yo más contento que todas las cosas...
Y total, pequeñas pinceladas de lo que pasa. Al final la cabeza me estallaba, pero no de los efectos etílicos de 13 horas de juerga, sino por no ser capaz de asimilar tantas sensaciones simultáneas bombardeándote desde todos los flancos...
La próxima vez vente.
Pd. Ya es Navidad en mi casa también:
Claudio ::
domingo, 17 de diciembre de 2006 a las 6:21 p. m. ::

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