miércoles, 29 de agosto de 2007
Los caminos del destino

Cuesta no emocionarse ante una muerte tan injusta. Se te hace un nudo en la garganta y es mejor no tratar de hablar.
Una vez más se demuestra que a priori es imposible saber cuál es, o no, tu propio destino (si acaso se pueden hacer conjeturas estadísticas, pequeñas sugerencias), pero de lo que no hay duda es de que éste existe, y cuando hace acto de presencia, no se puede hacer nada por sortearlo. Sólo queda aceptarlo con resignación y valentía y no hacerse preguntas.
Descanse en paz.
Claudio ::
miércoles, 29 de agosto de 2007 a las 11:06 p. m. ::

-------------------------------------