viernes, 14 de diciembre de 2007
El bosque del recuerdo
Puedo prometer y prometo que estoy muy ocupado y por eso no puedo escribir. No es que no haya cosas que contar, que las hay, sino que hay noches que llego a las 9 y media a casa y no tengo tiempo material para sentarme...Un ejemplo: lo de Madrid. Que el finde fue genial, paseos por sitios con olor a otros tiempos, imágenes otoñales, instantáneas navideñas... Buena comida; patatas de museo en el Bar Hnos. Guío (C/Ferricarril, 21) con un trato exquisito (igual que el vino) que entramos a las 3 para comer y acabamos a las 10 y porque teníamos que ir a consigna antes de que cerrara, porque se estaba de a gusto... Café Figueroa (esquina de Hortaleza con Augusto Figueroa), tapitas, gente por todas partes, un poquito de salsa y mujeres con las que mejor no bailar bachata... ni nada.
Historias, que algún día contaré aquí (o no), si antes no ha pasado tanto tiempo como para que ya no tengan sentido.
También fuimos a la muestra de esculturas de hielo OnIce y lo flipamos. Al final con tanto cambio de temperatura he pillado una afonía galopante que ha impedido dar clases correctamente e incluso fue la responsable de que ayer tuviera que cancelar los planes de juernes de rigor (no hay derecho). Hay una cosa que no me gustó de la muestra: los niños pagan mucho menos por su entrada que los adultos, y sin embargo a los adultos no nos dejan meternos en los igluses ni tirarnos por los tubolanes... ¡encima!
Y nada, eso, que Madrid, como siempre. Madrid.
Pd. Entran ganas de volver (y hace ya 4 años).
Pd2. Sin que sirva de precedente, me voy a arriesgar. He tenido un primer contacto con un cliente que me va a pagar por un trabajo... como músico. La semana que viene se confirma. NO ES COMO COMPOSITOR. Pero si se confirma, será la primera vez que me paguen por ser músico, habrá que actualizar el punto 68 de mis 100 :)
Pd3. Y más historias...
