miércoles, 6 de mayo de 2009



(Escrito el 25 de Abril)

Se han ido pasando los días viviendo intensamente mi experiencia en estas tierras y dejé mi relato a medias, en parte por la misma intensidad de estos días, tanto en su vertiente profesional como en sus aspectos lúdicos y humanos. Han sido días de tener que emplearme un poco a fondo para no perder el hilo de los planteamientos que trataban de transmitirme, de poder conocer a otros colegas de todas partes del mundo, de aprender más de esta cultura, de integrarme lo más posible en ella, y de viajar un poco, divertirme también en lo posible y recopilar toda esa información para en su día poder ponerla en pie.
Cada viaje de estos es como un pequeño Gran Hermano (el reality), en el que por un tiempo limitado un montón de gente dispar que no se conoce de nada se junta, convive, trabaja y se adapta a la situación lo mejor posible pero envuelto en unas condiciones que irremediablemente conduce a que todas las sensaciones y los estímulos que uno puede procesar se magnifiquen hasta sus máximos valores posibles.
Voy a aprovechar que me quedo tirado no se sabe aún cuántas horas en el aeropuerto de Boston para poner en la medida de lo posible todo esto en pie, procurando continuar en orden cronológico.

El partido de béisbol fue bastante aburrido (dicho incluso por los entendidos) pero las tonterías de los descansos fueron muy divertidas (concursos, pequeños performances, regalos, jugarretas de la mascota...)

Finalmente parece que he conseguido superar la prueba en su vertiente alimenticia; creo que no he engordado nada, incluso es posible que haya perdido. Al menos la báscula del gimnasio eso me decía, pero la cosa es que midiendo la cantidad de masa en libras todavía no me fío, hasta que vuelva a casa y me pese en mi báscula habitual. Finalmente no he comido ni una sola hamburguesa, solamente un perrito caliente tamaño gigante un día que fui a ver un partido de béisbol con los compañeros, y me pareció necesario para poder sumergirme por completo en la experiencia. Ya hablaré más de eso, por ahora lo más significativo de esto es que en el estadio, al comprar el perrito caliente, tú mismo te sirves la mostaza y el ketchup, literalmente con unos surtidores que ponen en los pasillos. Impresionante ver cómo se instalan literalmente grifos de los que la gente se sirven dichas salsas, a gusto propio. Y se forman colas. Y se termina la mostaza. Igual que si fuera agua.
La conclusión a la que he llegado con este tema es que realmente la alimentación es un problema en este país, pero principalmente porque la población se deja llevar por la inercia de lo que ha visto toda su vida, y a nadie le salta la chispa de decir “esto no puede ser”. Finalmente lo que impera es “¿Esto está bueno? Pues me lo como todos los días, y como está bueno, cuanta mayor cantidad, mejor”, igual que se ha pensado en las últimas generaciones que abarcan lo que la memoria es capaz de recordar. Y ése es el único problema, porque el que quiere hacerlo, puede comer sano y variado, la oferta está presente. Un par de veces me pasé por el supermercado y aluciné con la cantidad tan variada de productos de calidad que tienen, frutas, verduras, pasta, productos frescos… sólo es cuestión de buscarla y aceptarla, claro. Me he dado cuenta de que me atrae muchísimo eso de perderme en un gran supermercado cuando salgo al extranjero, me permite entender mejor cómo se vive, puesto que estar acostumbrado a ciertos productos desde pequeño en algún modo te condiciona para siempre. Y también es muy interesante comparar; productos que ellos tienen y nosotros no (y de los que por supuesto doy buena cuenta), sabores en productos conocidos que tienen pero nosotros no (caramelos, refrescos, patatas) etc.
… Y sí, es verdad, aquí la cocacola tienen un sabor distinto, difícil de explicar, quizá más dulce, no sé, distinta.
Pero me han moló más el Mountain Dew, muy de moda en este estado por eso de que se originó aquí (a mí me sabe a flá de kelia de lima-limón con gas, pero rico rico) o una bebida sin gas que no me acuerdo cómo se llama pero que básicamente sabe como las piruletas esas en forma de corazón, que te pintan toda la boca de rojo y que es un coñazo porque el palo es de papel y te deja virutas en los labios :)
Y bueno, buscando diferencias también me fijé en la radio, como contaba. La radiofórmula es a saco, las canciones se repiten en menos de 2 horas, machaconamente; es imposible escapar y no sucumbir. Yo al final me bajé todos los hits más machacones. Eso sí, aunque Britney Spears suena mucho, a mí no me convenció. Sin duda hay un tema que se convirtió en tema central, que mola mogollón se oiga donde se oiga, en el coche, estudiando, en la ducha... y que creo que no se oye mucho por aquí. Por ahora me voy a seguir pensando si digo cuál es o no. Entre ese tema y un par de piezas que escuché de músicos callejeros en Stated Island (todo a su debido tiempo) conseguí terminar el rompecabezas que buscaba para mi próxima superproducción humana, cuya concepción teórica (aún no he escrito ni una nota) comencé allá por diciembre. Es que yo soy así. Ahora falta centrarse un poco para ponerse manos a la obra.
Y con la tele igual, la mayoría de los canales son temáticos, con muchísima publicidad. Me sorprendió ver que se recurre muchísimo a series antiguas, como Friends, Angel, Sexo en Nueva York, que ya me acostumbré a ver mis dos capítulos cada noche. Y mucho anuncio de seguros, bancos y “alístese en el ejército. Tu país te sigue necesitando”.
Bueno, lo dejamos aquí y seguimos en próximas entregas. Como anticipo algunas imágenes de lo que queda, más una entrada con recopilación de anécdotas y demás, incluyendo curiosidades sobre personajes, idioma, conducción, horarios y números.






Claudio :: miércoles, 6 de mayo de 2009 a las 9:18 p. m. :: 0 comentario(s)

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