martes, 6 de enero de 2015

En 2014

En 2014 me sentí un poco más cerca de la ingravidez cuando practiqué submarinismo en Almería, tras varias noches donde abriendo la ventana, podía dormirme oyendo las olas del mar, a escasos 20 metros. También me sentí más cerca del cielo, cuando practiqué vuelo en parapente y flyboard. Pero también más cerca del centro de la Tierra, cuando volví a la Gruta de las Maravillas.
Flyboard
Pude cerrar círculos y unir puntos, como siempre hacia atrás. Me empecé a dar cuenta de que por poco me apeteciera pasar momentos regulares, ahora ha merecido la pena, ahora soy mejor, más inteligente, más fuerte
y más rico. Pude seguir filtrando mi entorno, estrechando lazos con quién me hace bien, y manteniendo lejos a los que me intoxican, y es que algún gilipollas siempre hay en todos sitios. Me he acercado también un poco más a mí mismo, que me tenía un poco abandonado.
Parapente
En 2014 también me han amado. Y yo también, a mi forma, pero he hamado a fin de cuentas.
En este año visité Portugal, Alemania y la isla de Malta. En Portugal, mirando el mar desde mi ventana busqué y encontré la inspiración (y las fuerzas) perdidas para terminar el proyecto que empecé hace 20, continué hace 2 y por fin di por acabado. Y pude terminar la pieza. En Alemania pude volver a perderme por las calles de mis ciudades-refugio como son Bamberg y Núremberg, pero también tuve la oportunidad de conocer Leipzig y Heidelberg. En Malta pude conocer a gente que merecía la pena, pero también pude descansar y comprobar que si yo tuviera 16 años ahora, otro gallo me hubiera cantado.
En el trabajo recuerdo varios viajes en buena compañía, como fueron a Granada y Badajoz, donde lo pasé realmente bien entre amigos. Y mi jefe este año me ha felicitado personal y sinceramente, lo cual viniendo de mi jefe, créeme que es digno de mención. Eso me hace ver que lo estoy haciendo bien, y que por suerte valgo para esto. Y me alegro que en otros tiempos cerrara otros círculos, porque sin darme cuenta y sin esfuerzo me he volcado en mi trabajo con auténtica pasión, y es lo mejor que me podría haber pasado en los últimos tiempos. Y además tenemos coche nuevo y me mola :)
Vistas en Portugal
Heidelberg
Leipzig
También he visto cómo el cáncer se lleva a una persona relativamente joven en 36 días, lo cual me recuerda una vez más que hay que vivir teniendo siempre en mente que podemos desaparecer en tiempos muy cortos, con lo que ello conlleva.
He salido airoso de un problema de salud en el que el estrés ha tenido que ver, lo que me ha llevado a buscar momentos de relajación más intensos si cabe.
Por otro lado, me he reencontrado con personas que merecen la pena y a los que veo poco, y nos hemos prometido mantener el contacto más estrechamente.
Y mientras seguiré aquí, aprendiendo, tratando de mejorar, impregnándome de todo lo bueno que pueda obtener de lo que me rodea. Y haciendo que todo lo que viva, todo el tiempo que pase, merezca la pena vivirlo sin echar nada de menos.

Claudio :: martes, 6 de enero de 2015 a las 1:11 a. m. :: 0 comentario(s)

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