miércoles, 24 de marzo de 2010
La época de las tirantas o El paradigma de día primaveral

El lunes pasado retomé el trabajo después de un fin de semana largo, y digo largo porque me tomé el viernes de vacaciones y estuve el finde de tranqui en la costa del sol. Lo que tiene el volver de 3 días de descanso es que se está un poco perdido, por eso de haber desconectado, no haber visto tanto las noticias, etc.
Así que no me levanté precisamente con la idea de que era el primer día laboral de primavera.
Pero sólo levantarse, primer indicio: ligera sensación de sudor en las piernas indicando que el doble edredón empieza a ser excesivo, y ya era de día (vale que en una semana se cambia la hora y otra vez a esperar un tiempo hasta que me vuelva a levantar de día). Nada más bajar a la calle, siguiente indicio: olor a azahar típico de
la Semana Santa y la Feria inundándolo todo. Menos frío del habitual.
A la hora de comer, con la misma ingenuidad, salí con el abrigo puesto, craso error. Después de alcanzar 30º de máxima el lunes, ya no he vuelto a cogerlo. Me fui a un centro comercial a comer, y mientras me sentaba, primeras tirantas espectaculares de la temporada, propiedad seguramente de una menor (ya no pongo la mano en
las tetas el fuego) lugareña probablemente del barrio marginal de
al lao. Por suerte se metió a comer con una amiga en el mismo local que yo y frente por frente, haciéndome más agradable la deglución. Fue entonces cuando caí en que la primavera había llegado.
Claudio ::
miércoles, 24 de marzo de 2010 a las 11:05 p. m. ::

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