domingo, 12 de junio de 2005

El primer baño del año

He estado un poco ausente estos últimos días ¿verdad? Pues bien, no hay que preocuparse, todo va bien, o como suelo decir, todo lo bien que puede ir.
Es curioso cómo después del episodio del rechazo del empleo, he tenido varios ratos de tranquilidad y distracción que me han venido muy bien, y que no hacen más que darme la razón acerca de mi decisión.
Pocas veces, muy pocas veces, me he dejado llevar por una "llamada", los sentimientos o el "corazón", pero esas pocas ocasiones han sido tan contundentes, tan claras, que nunca me ofrecieron dudas. Son decisiones que realmente no las tomas tú, sino que caen por su propio peso y se toman por sí solas, e incluso pueden perder la categoría de "decisión" de lo obvias que son.
Así que vuelvo a reafirmarme sobre el camino tomado, y espero que si he decambiar de sendero sea ante una decisión que también se tome sola.
Pues eso, el jueves, sin comerlo ni beberlo quedamos los amigos para tomar algo por ahí; a eso de las 4 y media de la tarde (mientras yo, cosas de la vida que quizá algún día aclare explicaba a un alumno el tema de la reproducción humana) ya estábamos trasteando con los móviles y los sms...
Así que quedamos con mi amigo Carlos que ha vuelto de París después de 2 meses porque resulta que es becario y se lo financiaba su departamento, y nos estuvo contando las maravillas que ha vivido y las conclusiones que sacó de esos dos meses...
El caso es que acabamos en la sala Elefunk con su amigo Jaime (un chileno que visita su departamento durante un mes), con una amiga que estaba de mal rollito con su amante y con miles y miles de clones de Melendi fumándose sus cositas y tal. Todo eso acompañado de un buen ron y unos caramelos de manzana regalo de la casa.
Total, que el viernes estudié pero no me cundió mucho que digamos. Carlos mandó un correíto diciendo "Quillo me ha costao una jartá levantarme, pero ha mersío la pena" No lo podía haber dicho mejor...
Y nada, este finde me he venido a Cádiz, que la verdad es que se está muy bien. La temperatura es mucho más agradable que en Sevilla, que se agradece. Y casualmente ayer estaba en la ciudad un coleguita de Sevilla, así que nos fuimos un rato a la playa con su novia y unas amiwitas por la tarde, y echamos un ratillo bastante guapo. El agua al principio estaba fresquita, pero después de un tiempo nadando ya te acostumbras y se está bien. Creo que en cuanto termine las clases con mis alumnos me vengo para acá hasta Septiembre, estoy deseándolo.

Así que realmente no puede decirse que ni me arrepienta de lo del curro ni que no tenga razones para seguir en mi actual estado vital. Por lo tanto así seguiremos hasta la próxima duda existencial. Sean felices, queridos/as lectores/as.

Claudio :: domingo, 12 de junio de 2005 a las 2:03 p. m. :: 0 comentario(s)

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