lunes, 13 de marzo de 2006

Que no vale la pena andar por andar...

...qués mejó caminá pa í cresiendo...

Y eso mismo he pensado yo hoy; que ya que tengo que caminar por cohone fuerza, pues qué menos que disfrutarlo y culturizarme, y echar un buen rato con ello. Que al final no es tan malo que tenga el coche en el taller, su parte positiva es que me estoy pegando unos voltios por el parque María Luisa que quitan to er sentío. Y es que queramos o no, la primavera ya está aquí. Hoy ya me he tenido que quitar el ladroné edredón por la mañana, la estufa casi que sobra, he quitado las mangas al plumas y ya no me he puesto el jersey, sino que ha bastado con una camiseta de manga larga. Y el indicio definitivo ha sido el olor. No, no es que hayan empezado a oler a azahar (señal definitiva donde las haya) pero se nota ya el olor a primavera. De hecho por la noche, al asomarme por la ventana para tender la toalla, olía a verano, y lo sé bien porque en 2002 me quedé el mes de agosto en Sevilla trabajando (qué tiempos...)

El Sábado fui a cenar con amigos a la casa de A, que desde que se casaron aún no había tenido ocasión de visitarles. Está un poco lejos de la capital, pero es una casa muy grande, acogedora y no muy cara. A mí me ha encantado. Echamos unas risas estupendas, buena comida, buenos caldos... en fin. Al final cogí un puntito de lo más tonto con... ¡vino dulce! Lamentable.
Una vez más la sugerencia típica "Claudio, tú lo que tienes que hacer es buscarte una novia...". Y como siempre, tras mi enésima disertación acerca de las motivaciones, expectativas y pesimismo al respecto, el no menos típico "Sí, a tí se te va la fuerza por la boca; ya verás como al final acabas casado, con hijos, hijpoteca y calzonazos..."
A mí esto ya hasta me hace gracia, pero hay que reconocer que a veces me fastidia que me tomen por el pito del sereno y no me escuchen. Joder, si lo sabré yo. Que no digo las cosas sin pensarlas...

Si es que cuando un colega me dice que se va a casar (o que lo acaba de hacer), yo no hago más que desearle suerte y darle ánimos, nunca se me ocurriría decirle "tú lo que deberías es hacer es divorciarte y venirte 'cormigo' de juerga". Y muchísimo menos suelto un (aunque quizá debería hacerlo) "ya verás como al final acabas cornudo, apaleado, sin un techo donde cobijarte y encima teniendo que pasar una pensión a tu ex", a pesar de que es lo que pienso realmente...

¿Por qué la gente simplemente no hace lo mismo y me apoya, o al menos se queda al margen, en vez de tratar de convencerme de lo contrario?

Bueno, no se tomen en serio nada de esto, no es más que otra de mis paranoias producto de largas horas de caminatas urbanas...

Claudio :: lunes, 13 de marzo de 2006 a las 11:56 p. m. :: 1 comentario(s)

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