miércoles, 21 de febrero de 2007
Una historia

Al principio a Perseo le fastidió bastante que se le estropeara su reproductor de mp3; llevaba con él apenas 10 meses y el
Media Marquet le cogía muy lejos, tendría que hacer transbordo y todo.
Como Perseo era muy positivo, pensó en que no había mal que por bien no viniera, y se acordó de que ya cuando adquirió el reproductor tuvo que ir a cambiarlo porque el cargador de la batería no funcionaba, e incluso hizo buenas migas con Magdalena, la chica que atendía en el servicio de información, y que le trató exquisitamente. Como compró el mp3 en una oferta de inauguración de la tienda, cuando fue a cambiar el cargador había una cola enorme, muy estresante para Magdalena, pero ella le siguió las bromas a Perseo y ni siquiera tuvo inconveniente en perder un poco de tiempo con él y su compañera, Diana, una rubia de enormes ojos azules y diadema de color rojo, a pesar de la cola que aún quedaba por atender.
Así fue que Perseo cogió el metro y se dirigió a la tienda a pasar el mal trago de tener que ir primero al servicio posventa, arreglar unos papeles, volver a entrar en tienda y elegir un nuevo producto y por fin dirigirse a la ventanilla de información; lo único que sin querer admitirlo, le ilusionaba a Perseo. Poder volver a ver a Magdalena y a Diana, la rubia de la diadema roja, y volver a bromear con ellas y su reproductor mp3. Ya estaba pensando en decirles que el reproductor iba perfectamente, pero que se había buscado una excusa para volver a verlas, a ver si así se reían...
Cuando llegó, 10 meses después de la inauguración, ya no había tanta gente. De hecho, como eran apenas las 4 y media de la tarde, en información sólo había una persona de espaldas atendiendo la máquina de revelar fotos. Perseo creyó reconocer a Diana, esbozó su sonrisa ensayada de momento "¡Sorpresa!" y esperó a que se diera la vuelta.
¡Sorpresa!
No era Diana, era una rubia igual de atractiva que ella, quizá rumana, según pudo adivinar por su acento al decir "
¿Es para una devolución?"
-Sí... -Acertó a decir Perseo con la sonrisa súbitamente interrumpida.
A pesar de que todo salió bien, de que podría contar con su mp3 a tiempo para hacer aquel viaje, Perseo se quedó ya serio mientras aquella joven rumana arreglaba la documentación al otro lado del ordenador. No pudo resistirse y le preguntó por aquellas dos chicas a la joven rumana. Ésta, sonriendo y expresándose como pudo, le comentó que no conocía a Diana, pero que sí que recordaba a Magdalena, que fue ella quien le estuvo enseñando en sus primeros días en la tienda, hacía escasamente dos meses...
Y Perseo comprendió entonces; lo vio claramente y se lamentó de no haber sido suficientemente inteligente como para verlo antes.
No ver que diez meses era demasiado tiempo para que Magdalena siguiera trabajando en el
Media Marquet.
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Pd. Ya sé cuál era el significado del sueño del post anterior. Por primera vez, he tenido un sueño que me avisaba de algo y... ¡No era malo! ¿Os acordáis de la amiga que salía en él y que hacía mucho que no veía? De hecho hacía casi 2 años, lo contaba
aquí. Fue en Cádiz, en un hospital, y de forma totalmente accidental e imprevisible. Y hoy, de una forma igualmente casual e imprevisible (porque yo estaba donde no debía y a la hora que no debía) he vuelto a encontrarla en Sevilla, cerca del Parque de Maria Luisa. Pero esta vez ya estaba avisado... :)
Claudio ::
miércoles, 21 de febrero de 2007 a las 8:31 p. m. ::

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