lunes, 24 de septiembre de 2007
En adelante, Venecia siempre sería para Faulques las imágenes de aquella noche singular: luces difusas por la neblina y copos pálidos que caían sobre los canales, lenguas de agua que rebasaban los peldaños de piedra blanca y se extendían en ondas suaves por el empedrado, la góndola que vieron pasar bajo el puente con dos pasajeros inmóviles cubiertos de nieve y el gondolero cantando en voz baja. También las gotas de agua en el rostro de Olvido y su mano izquierda deslizándose por la balaustrada de la escalera camino de la habitación, el crujido del suelo de madera, la alfombra en la que a ella se le enganchó el tacón de un zapato, el espejo enorme a la derecha donde la vio mirarse de soslayo al pasar, los grabados en las paredes del pasillo, la tenue luz amarillenta que entraba por la ventana cuando, ante la gran cama del dormitorio, tras despojarse de los abrigos mojados, él le alzó muy despacio el vestido hasta las caderas mientras ella le miraba los ojos en la penumbra con una intensidad fija e impasible, medio rostro iluminado apenas, bella como un sueño. En ese momento Faulques se alegró en su corazón -un gozo tranquilo y salvaje a un tiempo- de que no lo hubiesen matado ninguna de las veces que eso hubiera sido posible; porque en tal caso no estaría allí esa noche, desnudando las caderas de Olvido, y nunca la habría visto retroceder hasta recostarse en la cama, sobre la colcha intacta, sin dejar de mirarlo entre el cabello suelto y mojado de aguanieve que se le derramaba sobre la cara, la falda subida hasta la cintura, abriendo despacio las piernas con una deliberada mezcla de sumisión e impúdico desafío, mientras él, impecablemente vestido todavía, se arrodillaba ante ella y acercaba la boca, entumecida por el frío de la noche, a la oscura convergencia de aquellos muslos largos y perfectos, en cuyo centro latía cálida, suavísima, deliciosamente húmeda al contacto de sus labios y su lengua, la carne espléndida de la mujer a la que amaba.
Arturo Pérez Reverte. "El pintor de batallas"
Claudio ::
lunes, 24 de septiembre de 2007 a las 11:18 p. m. ::

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domingo, 23 de septiembre de 2007
Y más sobre el destino
Y al margen de lo anterior, esta semana me vi en una situación que periódicamente se repite. Alguien que llama por teléfono y te dice "¿quieres trabajar?". Y es que esas situaciones a mí me ponen muy nervioso, porque estoy seguro que es así como realmente un día te encuentras con tu destino frente a frente.
Profesor de secundaria en un centro concertado, 20 horas semanales de trabajo por 1400€ netos al mes.
Para qué más. De entrada yo siempre digo que no, porque de todos es sabido que a mí la enseñanza en el instituto no me gusta (manda huevos, porque es lo que más dinero da en relación a las horas que te exige, pero es así) Así que pasé una noche muy mala sin pegar ojo, porque el hecho de que sea un ofrecimiento telefónico, que fuese por semi-enchufe, y de pronto ver cumplido mi SUEÑO de currar sólo por las mañanas y tener toda las tardes libres para dedicarme a mi obra...
Total, que es una oferta que hay que aceptar, no tanto porque sea lo que realmente quieres, sino porque todos los demás anhelan. Y como dice el anuncio llevo muchos años queriendo decir "pues yo pago menos" (en este caso sería "pues yo cobro más"); es lo de siempre: yo NO soy un elegido, y esta vez esto podría cambiar.
Así que "tuve" que llamar. Y Sor Luisa se emocionó, se ve que realmente está desesperada por encontrar a un físico, tanto que me dijo que fuera a Cádiz esa misma tarde para hablar del asunto.
Viéndome pues totalmente acorralado por mi propio destino, sin salida ni escapatoria posible ante la vida que cualquier otro quería vivir, me acordé de decir
-Ah, otra cosa que quería comentarte es que yo no tengo el CAP, no sé si eso será un problema...
-Ay, no me digas eso... pues entonces no te muevas, porque es que sí que es necesario, nos lo exigen en las inspecciones...
Así que todos contentos. Aún siendo una oferta irrechazable, puedo decir que "hice todo lo que pude" aún no queriéndola. Y la prueba definitiva que demuestra que era lo mejor fue que al colgar... sentí un gran alivio. Llámame tonto.
Recuerdo que una vez mi padre me preguntó "oye ¿tú por qué no haces el CAP? Aunque no quieras dedicarte a ello, no es malo tenerlo, nunca se sabe..." Y precisamente por eso le contesté que si no quería dedicarme a ello, ¿para qué hacer el CAP y no tener salida ante una encerrona como ésta? Prefería no hacerlo, y así tener un seguro para no caer en tentaciones como la de esta semana, cuando ciertas condiciones no te dejan pensar con claridad. Porque todo sea dicho, si no hubiera sido por eso, habría aceptado la oferta, y vuelvo a repetir, no porque es lo que yo busque, sino porque todos los demás la envidiarían.
Hace unos día me mandaron unas palabras de Steve Jobs, un tipo que siempre me ha caído muy bien y con el que estoy muy de acuerdo (además se demuestra que si él finalmente no le ganó la guerra al Gates era precisamente porque es demasiado sensible, Gates ganó por tener menos escrúpulos, aunque esa es otra historia). Decía algo así como que a la hora de unir los puntos que nos señalan cuál es la trayectoria de nuestra vida, siempre hay que hacerlo hacia atrás. Nunca se pueden unir los puntos hacia delante.
Y siempre he pensado que es cierto. Sé que algún día encontraré una explicación (e incluso me alegraré de que ocurriera) a por qué en su día decidí estudiar física y no otra cosa cambiando de opinión en el último momento, por qué en su día decidí trabajar como programador y por qué decidí dejarlo cuando aún estaba a tiempo. Sé que algún día sabré por qué ella me abandonó (o aquella otra, o la otra de más allá), por qué volví a estudiar y pegarme cabezazos contra la pared una y otra vez, o por qué mi padre murió en unas condiciones tan tristes.
De hecho hoy en día, aunque no tengo todas las explicaciones, sí que me he alegrado de que todas y cada una de las que me abandonaron, lo hicieran. Al final, con el tiempo, siempre te alegras, de todas.
Y sé que aún no lo sé, pero algún día sabré por qué no ha salido bien lo de ser profe en Cádiz. Pero seguro que algún día lo sabré, me alegraré y sin duda será la mejor opción. Mientras tanto, sigo con lo mío, y el fax sigue en blanco.
Pd. Estoy muy ocupado. He tenido la brillante idea de ofrecerme para montar el wifi a una amigüita y me está dando bastantes problemas, sigo estudiando unas 7 horas al día y la semana que viene tengo que echar los papeles, ya que ha salido por fin la convocatoria. Y por si fuera poco me he comprado un ordenata nuevo, lo cual requiere trasladar toda la información, hacer miles de bac-aps, formateos, comprobaciones, buscarse draiveres para soltear el puto windows vista... ya contaré, espero que merezca la pena: el nuevo ordenata tiene 4 veces más RAM y 3 veces más capacidad de almacenamiento, a ver si ahora tardo tiempos razonables en escribir mi música... :)
Y tengo tantas cosas que contar, que por eso no escribo, porque tendría que dejarlas a medias...
Claudio ::
domingo, 23 de septiembre de 2007 a las 10:51 p. m. ::

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miércoles, 12 de septiembre de 2007
Nadie podría
Aún no he contado con detalle (y por ahora seguiré sin hacerlo), pero sí he dado pistas sobre el hecho de que parece ser que existen indicios más que fiables que apuntan hacia mi destino más probable a día de hoy.
El caso es que ese destino desecha otros, y me hace ver, pues, cuál NO es mi destino, y lo cierto es que si todo va como debe ir, mi destino NO está en Sevilla. Es más, mi destino sería regresar a Cádiz, 13 años después.
Con esto en mente, ahora voy por Sevilla de otro modo. Es posible incluso que sea capaz de ver la ciudad como nunca antes la he visto, ni como he visto nunca Cádiz. Ahora veo Sevilla con los ojos de un turista. E incluso soy capaz de pasar por la Giralda y sentir lo mismo que cuando vi la Torre Eiffel por primera vez. Otras veces, voy paseando y en cada lugar voy recogiendo recuerdos que dejé olvidados en distintas épocas; aquí fue donde vinimos a celebrar el cumpleaños de nosequién, me estoy acordando de que aquí fue donde pillé el ciego cuando salimos para celebrar el comienzo de las vacaciones, ahí detrás fue donde me enrollé con la tía esa...
Y a veces me hace dudar, porque si todo va como debe ir, entonces me perderé muchas cosas que sólo me pasan en Sevilla. Y es cierto que si todo va como debe ir, será una oferta totalmente irrechazable, de las que ni siquiera dan oportunidad a pensarse de claras que son, si bien no por ello es menos inesperada y nunca había tenido la oportunidad de ser "lo que siempre he querido hacer". Lo bueno de tomárselo así es que ocurra lo que ocurra, tanto si la cosa va como debe ir, como si no, saldré ganando.
Un ejemplo:
La semana pasada, en cuando regresé después del paréntesis veraniego (eso sí, en agosto hay que quitarse de Sevilla y la caló) ya tenía pequeño cóctel en un sitio que no conocía en el Prado, un tal Ylan-Ylang, que está ambientado en plan minimalista-Chill Out al aire libre, y en vez de mesas tiene camas (ja). Y resulta que aún tengo la capacidad de sorprenderme por sitios como éste, o como al volver, era testigo de que todas las terracitas empezaban a estar ambientadas a partir de las 2-3 de la noche, UN LUNES.
Y esas cosas sólo me pasan en Sevilla.
O que en una semana salgas lunes, jueves y sábado. Mi amiga T. hacía de anfitriona a su amigo el japonés que conoció en Irlanda, y me dijo que si nos íbamos por ahí para enseñarle sitios y tapas típicos. Resulta que el amigo el japonés es un tipo tela de enrollado, es historiador y pronto se hará con la empresa de su padre que se dedica a importar papeles especiales. Y además tiene un apartamento en Tokio (je je).
Y resulta que tenemos muchos puntos en común, sobre cine, sobre música (el colega además es Dj y está interesado en ritmos africanos; en cuanto pueda pongo su maiespeis) Por supuesto hablamos de Almodóvar, Amenábar, "Lost in Traslation" y "Babel", y tenemos visiones idénticas al respecto...
Total, que con todo esto, el sábado salí con mi amiga T. y el japonés y pasé una noche de auténtica cogorza. Tapitas, vinito, pelotasos de Cacique, I want a green chupito (mi perdición), que si Sonar (the Festival) no Sonar the music software (jaja), que si say uh, la, la, say uh (come on, come on), Claudio vámos a Japón, que si la gente desfasando...
Sólo en Sevilla una noche de sábado acabas a las 6:42 bajo la catedral discutiendo acaloradamente, en inglés para que te entienda el japonés, sobre si las mujeres son diablos con cara de ángel...¿?

En momentos así recuerdo las letras de Arturo Pérez Reverte en "La Piel del Tambor", que decía algo así como que "Todo aquí es ficticio, excepto el escenario. Nadie podría inventarse una ciudad como Sevilla".
Claudio ::
miércoles, 12 de septiembre de 2007 a las 8:16 p. m. ::

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