domingo, 20 de enero de 2008
La reserva de los elegidos

Bien, un año más el examen ha sido hecho. Aún es pronto para decir nada, apenas he aterrizado y todavía no he puesto en orden las ideas. Puedo decir que como siempre la media hora antes del examen es la que me pone nervioso (porque te obligan a estar ya en el aula sin hacer nada, salvo esperar) y que en esa media hora yo veo toda mi vida pasar por mis ojos, como cuando estás a punto de morir.
La reducción de presentados ha sido bastante drástica, y eso se notaba en el aula. De física habíamos apenas 24 personas, y esta vez, no se sabe muy bien por qué, en vez de meternos junto a químicos y biólogos, nos metieron directamente con otros veintitantos médicos.
Aunque también se acuerda uno (y cuánto) de las caras conocidas que ya no aparecen, bien sea porque arrojaron la toalla, pero sobre todo, porque pasaron a la reserva de los elegidos, uno sigue viendo caras conocidas desde hace ya más de diez años cuando empezamos en la facultad. Verles allí año tras año, con resignación, instándose un año más a intentarlo, me hace recordar anécdotas en las que aparecen ellos y yo mismo, y después de ser consciente de todo el tiempo que ha pasado, no puedo hacer otra cosa que admirarles.
...Y después me doy cuenta de que yo llevo el mismo tiempo que ellos intentándolo.
El examen... con preguntas muy mezcladas. Algunas típicas que ni siquiera las lees enteras porque sabes que no la vas a contestar ni de coña, otras fáciles pero que no te puedes parar a hacer en menos de un minuto y por lo tanto abandonas... y también preguntas muy fáciles, incluso repetidas hasta la saciedad en otros años.
Lo bueno: he conseguido algo. He mejorado en mi técnica, algo que nunca pensé que llegaría a conseguir, sinceramente. He hecho el examen "como hay que hacerlo" y aunque mis opciones son muy limitadas, he logrado que éstas sean óptimas dentro de la mediocridad. Y al margen de que el resultado sea bueno (que la experiencia me dice que no), simplemente saber que he conseguido luchar contra mi propia naturaleza excesivamente reflexiva (lo cual me impedía saltar preguntas cuando tenía dudas) y además conseguirlo ya es para mí razón de bienestar. Por primera vez estoy 100% seguro de que he hecho lo máximo posible. Otros tardan menos, yo he tardado 5 años.
Ahora falta perfeccionar la técnica, y ser capaz de contestar mejor las preguntas:)
Ahora se abre una etapa extraña de reflexión y demás, pero aún es pronto para hablar de ella, ya lo haré, ahora que tendré más tiempo (bueno, esto es un decir). Ahora tengo muchas clases (esta semana con alumnos nuevos), y estoy sumergido o
inmerso en la que será mi próxima
superproducción humana, la mejor obra sinfónico-vocal jamás escrita que no me deja pensar en nada más, y como tengo muchas ganas de hacer cosas, inéditamente hasta me voy a levantar temprano para trabajar en ello.
Y hasta que no pase un tiempo de reposo y pueda poner en claro estas ideas, lo único que puedo decir es que ahora, hasta nuevo aviso, quiero vivir. Y como novedad, esta vez no me basta con hacerlo; además quiero vivir intensamente.
Así que allá vamos.
Claudio ::
domingo, 20 de enero de 2008 a las 8:37 p. m. ::

-------------------------------------