martes, 18 de noviembre de 2008

Entrando y saliendo

Como ya conté en numerosas ocasiones, algo que sí echaba de menos de estar currando era eso de relacionarme con los y las compis, las típicas cenas de empresa y todos esos saraos. En este curro parecía que no iba a haber el mismo feeling entre los compis por varias razones, como el hecho de que el abanico de edades es mucho más amplio, la tendencia a que los más jóvenes o de mi edad ya tengan pareja (que para qué negarlo eso suele amuermar al personal) o que al menos en la parte de técnicos las mujeres brillan por su ausencia.
Pues bien, he tenido la oportunidad de llevarme la buena sorpresa que tampoco es para tanto, y también se pueden tener esos saraos aquí.
El curso de la sierra versaba sobre el funcionamiento interno de la empresa a nivel de recursos humanos, y por lo tanto en él nos mezclaron a personal de distintas divisiones, e incluso de muy distintas responsabilidades (también había algún que otro jefecillo). Lo bueno fue precisamente eso, el mezclar a gente muy joven, con gente ya más madura, recién incorporados a la empresa, veteranos... etc. Total, que enseguida hubo muy buen rollo entre todos y en las numerosas comidas, cofibrueics y no te digo nada en la cena y cóctel de la primera noche; realmente hubo un desfase total. Tuvieron la genial idea de dejarnos a todos sueltos en el hotel con bebidas gratis, musiquita, televisión por cable y billar, pin pon y futbolín de gratis. Claro, así es muy fácil intimar y pasarlo bien con los colegas, aunque a la mayoría hace menos de 24 horas que los conoces. La imagen de algunos compis metiéndose las botellas que sobraron debajo del jersey, borracho, para subirlas a la habitación y así llevárselas de vuelta a casa no se me olvidará en la vida.
Además, gracias a uno de estos compis, he conocido la existencia de un documento vital de incalculable valor humano. Mientras todos nos reíamos hasta de nuestra sombra, dos de los compis empezaron a hablar y reírse comentando algo que parecía una anécdota común; que si contigo no, bicho, que si hija de una hiena, que si yo no le prometía amor, sino cariño, que si tócate los cojones Mariloles; pero no, ni siquiera se conocían hasta aquel día... Hay documentos capaces de unir a las personas que ni siquiera tienen nada en común. Cuando todo el mundo sabía de qué estaban hablando menos yo, simplemente me dijo: "tío, tú busca 'contigo no, bicho' en el youtube":


Siempre he sido bastante atractivo, fíjate, tú me estás viendo...

A la mañana siguiente no pude más que reconocerle a los colegas que este tipo es un crack.

Y con las cenas entre los compis pues pasa lo mismo. Este finde había convocatoria en Madriz para cenar técnicos de toda España con técnicos y equipo de soporte que habitualmente trabaja en la capital, gente con la que realmente trabajas a diario telefónicamente pero con la que en persona realmente tienes poco trato. Y ya te digo, que yo en estas reuniones pues lo paso muy bien si los compis merecen la pena, y en este caso también es así. Y te das cuenta que las historias, lo que pasa y las gentes en sí no son tan distintas de un curro a otro. De hecho yo diría que las historias son las mismas, pero con distintos nombres y distintas caras.
En resumidas cuentas, cena en sitio elegante, copas a un precio arreglaíto en un local+billar+dardos y bailoteo hasta que se hizo de día en una disco donde a mí me colaron (por una vez fui yo el de la suerte). Y un mogollón de olores, fotos, besos y abrazos de vuelta así como un libro que me compré el domingo por la mañana en la Cuesta de Moyano por 6€ y que tenía muchas ganas de pillar, desde que se lo vi a una guiri leyéndolo en el metro este verano :) (El libro es una biografía de Richard Feynman, Premio Nobel de Física 1965)

Además, casualidades de la vida, la cena se organizó en la zona que frecuentaba yo en 2004 en mi primera incursión laboral en los Madriles... Así que cuatro años después me volví a alojar en el mismo hotel. El de la piscina, el de las llamadas entre habitaciones. El de "vente a dormir a mi habitación" "no, vente tú que aquí la cama es de matrimonio". El de "tengo una mala noticia", el de "cuando digo que no, es que no".
Y no desayuné en el mismo bareto que me ponía de cenar los lunes porque cierra los domingos que si no...

Y cambiando de tema, así como respondiendo a los anticipos anunciados con anterioridad, contaré que estoy tratando de cambiar el chip económico. El problema es que antes (musho ante) con esto de la precariedad llegó un momento en que realmente no sentía el impulso de comprar cosas, y ahora hay que crear una predisposición a sí necesitarlas. Y no es fácil, aunque lo parezca. Amén del viaje de este finde, con AVE, cubierto, copas y hotel, se me ocurren casi en exclusiva temas relacionados con la música, así que decidí darme el capricho de comprar software original (y profesional) por una pasta, que ahora que sé cómo funcionan los dongles, me parece que no merece la pena seguir esperando a que alguien los viole :) Y mientras seguiremos buscando en qué gastar (ya le he echado el ojo a una tarjeta de sonido, un controlador y un pedal de sustain).
Y que ya queda menos para el estreno de mi última superproducción humana (antes de Navidad, fijo).
Y que después voy a renovar toda mi página web, que el vergonzoso diseño del año 2002 es ya patético. (Mmmm ¿y contratar un dominio?) Ya se verá.
También voy a renovar el reproductor de mp3 del blog, que el actual no funciona en Firefox, o al menos a mí no me funciona.

Nos vemos.

Claudio :: martes, 18 de noviembre de 2008 a las 6:17 p. m. :: 1 comentario(s)

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jueves, 13 de noviembre de 2008

Seguimos

Pues como decía. Me ha costado encontrar el momento oportuno para escribir aquí, porque he de acostumbrarme a administrar mi tiempo en mi nueva rutina, o mejor dicho, en mi falta de rutina. Aquí los planes cambian en menos de 24 horas, y aunque tengo bastante tiempo libre, para mí es un problema aprovecharlo bien, porque si no tenía nada planificado al final me pongo a tontear y no hago nada, o bien aprovecho para hacer actividades preventivas "voy a ir hoy al gimnasio que puedo, no sea que mañana sea imposible". Y al final voy los dos días.
Eso, y que como comenté me he propuesto terminar mi última obra sinfónico-vocal-humana junto al hecho de que a veces me canso, han hecho que no encuentre el momento adecuado para escribir. Efectivamente, exactamente tal como me dijo el físico misterioso (el de "los físicos tenemos que ayudarnos entre nosotros") aquí se tienen días muy buenos y algún que otro día "malo". Los días buenos por suerte son mayoría, y MUY buenos. Hay días que incluso almuerzo en casa, y el récord de terminar temprano está en un viernes a la una y media (y pudo ser antes). Ahora bien, los días malos son de "Claudio, vete Málaga a recoger nosequé y vuélvete que el hospitaltal está que trina" o "Claudio, el repuesto que debes cambiar no va a llegar hasta las 5, así que quédate ahí a esperarlo". Entonces claro, hay veces que llegas tarde a casa, y una cosa por otra y en realidad no puedes quejarte. Primero porque hay días que a lo mejor trabajas unas pocas horas, y segundo porque el día que tienes que quedarte tarde, encima te están pagando más dietas y más kilómetros... Y por ahora sigo creyéndomelo :)
En cuanto a esto, y según ya comentaba en el trailer de esta entrada, he tenido también oportunidad de escuchar muchas historias y reflexionar acerca de la mierda esta que supone tener que trabajar para poder ganar dinero lícitamente, lo que me ha permitido introducir nuevas definiciones y parámetros en mi (gran) Teoría de la Felicidad Trascendente.

1.- Aunque ya había oído historias de individuos que después de aprobar las oposiciones seguían quejándose de su situación laboral, nunca les había dado crédito. Sin embargo, he tenido oportunidad de vivir esas historias en primera línea, y sí que existen. Con lo cual se derriba el mito que asegura que después de aprobar unas oposiciones llega la felicidad absoluta. Puede que sí o puede que no. Y no es de extrañar, ya lo estableció Maslow en su Teoría de Jerarquía de Necesidades, y hay que tomarlo como base irrefutable. Siempre que se esté en una posición, se querrá más. Y cuando estés en ese más, querrás más todavía. Y así eternamente hasta que mueres o te rindes. Y es lógico, gracias a ello el ser humano avanza continuamente, porque si no estuviera en nuestros genes, nuestra evolución se detendría y dejaríamos de ser la especie dominante. Con lo cual llego a otra conclusión: No existe la felicidad absoluta, es más, ni siquiera puede definirse en términos absolutos. Sólo puede definirse en términos relativos, es decir, sólo puedes decir que eres más feliz que tal o cual, o más feliz (o menos) que tú mismo en otro momento.

2.- Creo que nunca lo he contado, pero soy una persona que en ciertos temas soy bastante dejado. Uno de ellos es en asuntos de dinero. Rara vez compruebo minuciosamente el cambio que recibo, por ejemplo; o especialmente,nunca llevo un control exhaustivo del dinero que tengo en la cuenta. Eso quiere decir que normalmente voy sacando el dinero que necesito y de vez en cuando miro cuánto me queda, no se que vea con el culo al aire. Nada de revisar ingresos. Nada de comprobar que no se han colado con las facturas. Resultado: sólo tengo una idea aproximada del dinero que tengo, y cada vez que miraba la cuenta, SIEMPRE tenía menos dinero que el que me esperaba, y muchas veces tenía la sensación de que no ahorraba nada en meses (como si la cuenta estuviera siempre igual). Pero ahora es al revés, siempre tengo más de lo que esperaba. Esto me permite definir una nueva caracterización para un curro guapo. Será "aquél que dado por un comportamiento tal que en general se ignora el dinero que se tiene en el banco, cada vez que se éste se comprueba, siempre se tiene más de lo que se pensaba." :)

3.- Hablando con un compi del curro que lleva en el puesto más de 20 años y que sabe más que el hambre también pude llegar a la conclusión de que debía incluir una nueva variable a mi teoría. Me contaba que tras 20 años se alegraba de haber vivido muchísimas experiencias positivas, viajes por todo el mundo, conocer a grandes profesionales, trabajar en tecnología punta... El "pero" era que después de tanto tiempo, se veía atrapado. Ya no le era posible cambiar de trabajo porque con 40 años y 2 hijos quizá no sea buena idea, y todas las ofertas que recibía eran de puestos similares, lo cual supoondría no cambiar. Cuando le oía decir esto, yo pensaba que a mí eso nunca me pasaría, porque yo nunca querré cambiar ni tendré compromisos familiares tan sólidos. Pero entonces me acordé que los primeros meses de mi estancia en Mierdatel pensaba exactamente igual... ¿Pensaba que nunca me pasaría eso o no quería creer que me pasaría? Realmente estoy igual de seguro ahora que cuando estaba en Mierdatel, y sin embargo un día todo eso se fue a la mierda y la realidad se hizo patente de manera abrumadora. ¿Cómo sé que no me pasará ahora también? Respuesta: Imposible saberlo.
Por lo tanto, si antes pensaba que lo bien que se puede estar en un curro depende sólo del dinero que ganes y el tiempo que le dediques (jornada laboral), ahora veo que además, debe depender de cuánto se prolonga la situación en el tiempo (es posible que ganando lo mismo y dedicándole el mismo tiempo ahora seas feliz pero mañana no) y de factores personales (lo que le hace feliz a un individuo, no tiene por qué hacer feliz a otro). Por lo tanto ya no es



sino que es



(Continua...)

Seguiré hablando, ya en tono menos paranoico y más informal, de cómo conocí a unos cuantos chavales y chavalas magníficos en el curso en la sierra con los que poder acabar riendo y empinado el codo hasta las tantas, de cómo realicé una inversión importante en mi prometedor futuro como músico profesional y de cómo me preparo para una formidable velada con cena, copita, bailoteo y lo que Dios quiera al abrigo del frío de la noche madrileña.

(Y de mi última obra, y de mi nueva web, y....)

Claudio :: jueves, 13 de noviembre de 2008 a las 6:10 p. m. :: 0 comentario(s)

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lunes, 10 de noviembre de 2008

Una en plan Twitter

Estoy preparando una entrada para los próximos días. Hablaré de la evolución de mi Teoría de la Felicidad Trascendente, de cómo me fue estupendamente en los dos días de reclusión en el hotel de la sierra de Madrid, de dinerillo y de mi próximo finde, también en Madrid.

Y también hablaré del porqué de mi tardanza, una mezcla de período de reflexión-adaptación a la nueva rutina (o la falta de rutina, mejor dicho) y que en los últimos tiempos mi tiempo libre lo invierto principalmente a hacer deporte (lo hago sea cuando sea, pensando en que al día siguiente quizá no pueda hacerlo, con lo cual finalmente ahora hago más ejercicio físico que antes de estar currando) y ha culminar mi última zuperprodución humana, que empecé allá por febrero más o menos y ya va siendo hora de concluir (está en fase de posproducción-diseño volcal, lo cual requiere muuuucho tiempo).

Seguiremos informando.

Claudio :: lunes, 10 de noviembre de 2008 a las 12:00 a. m. :: 0 comentario(s)

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