lunes, 31 de enero de 2011

La representación de su martirio




Es curioso que desde que me tomé un descanso de estudios, la vida ha continuado y, ya sin mí, se han celebrado 3 convocatorias de oposiciones, de las cuales:

En la primera estaba en Luxemburgo en una macrofiesta de cojones.

En la segunda sí que estaba en Sevilla, mireusté, developing pruebas de Real Decreto de una hemodinámica con uno de los radiofísicos más.... desconcertantes de España (literalmente).

En la tercera, el sábado pasado, estaba en Praga.

Parece que aunque me hubiera planteado seguir intentándolo, fácil lo que se dice fácil no lo iba a tener.

Así pues este finde he estado en Praga, sí, a doce grados bajo cero de mínima, sobreviviendo a base de vino calientes (3 o más al día), visitando sus maravillas, paseando por sus calles y sus puentes, catando sus manjares, admirando a sus mujeres...

Y visitando todos los lugares donde se inspiró el maestro.


Claudio :: lunes, 31 de enero de 2011 a las 11:03 p. m. :: 1 comentario(s)

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martes, 18 de enero de 2011

Seguimos

Seguimos en tierras bávaras en esta especie de Erasmus retardado en la que ando instalado últimamente.
Pero ahora me mola más venir (y también volver). Desde hace ya tiempo ando bastante obsesionado con la peli de "Origen", "Inception" en original, en este caso hay que decirlo. No recuerdo el tiempo que hacía que no me obsesionaba tanto con una peli, al extremo de haberla visto ya un número tal de veces imposible de recordar, en original, doblada y de todos los modos posibles.
Recuerdo que cuando volvía de estas tierras en diciembre, compartí viaje con otro compi en el avión, que me despertó para que no me perdiera la comida de a bordo teniendo que insistir porque es que no había manera de despertarme (normal, el día antes de volver siempre hay movidita jeje).
El otro día, viniendo para acá, también venía bastante cansado.... ejem.... así que me pasé todo el camino durmiendo en ambos vuelos, sólo despertándome para comer porque debía nutrirme mínimamente y con los horarios cambiados como los tenía no fue fácil seguir una buena rutina de comidas.

Total, que todo esto para decir que desde que vivo obsesionado con esta peli, y su final (obra maestra donde las haya) dormir -y despertarme- en los aviones nunca ha sido un placer tan sublime.

Atención. Peligro. Achtung!!!!

Lo que vas a ver a continuación es un spoiler de tomo y lomo, es directamente el final de la peli. Si tienes intención de verla en un futuro o simplemente no te llama la atención, por si acaso, ni se te ocurra darle al play. Está aquí sólo para quien ya la haya visto y quiera recordarla para comprender mejor lo que digo. Sólo puesto aquí con propósitos artísticos y educacionales :)


Claudio :: martes, 18 de enero de 2011 a las 11:37 p. m. :: 0 comentario(s)

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martes, 4 de enero de 2011



Que la ciudad se llene de largas noches y calles frías. Que se enciendan las velas...

Cuando cogí el taxi con destino a tu hotel, me molestaban los semáforos en rojo. Incluso pregunté al conductor, como una niña pequeña, si quedaba mucho para llegar. Qué impaciente estaba por verte y abrazarte, estar sin ti era estar perdiendo el tiempo.

Había luces de Navidad en la puerta del hotel, pero seguro que brillaban menos que nuestros ojos. Tenía al principio esos nervios bonitos, ya sabes, esos que son diferentes a los que sientes antes de un examen o de una reunión de trabajo. Nervios agradables, de los que sientan bien.

Que se mojen las balas, que se borren las fotos de las revistas, que se coman a besos las colegialas a los artistas. Que se toque la gente...

Tu primer beso no me lo esperaba. ¿Cuánto llevábamos juntos, tres minutos? Fue girar la calle y empujarme contra el coche para comernos la boca. Aunque reconozco que hacíamos más que eso, apretábamos fuerte nuestros vientres, como un pequeño ensayo de todo lo que vendría después.

Enseguida el frío de la calle se volvió incompatible con el calor de nuestros cuerpos y subimos a la habitación. Y... ¿puedo decir esto aquí? Estábamos muy excitados, íbamos liberando poco a poco ese deseo contenido desde hace tanto...

Porque voy a salir esta noche contigo, se quedarán sin beatos las catedrales. Y seremos dos gatos al abrigo de los portales.

¿No tienes la sensación de que luego todo surgió sin más? De forma fácil, quiero decir. Ya, ya lo sé, para hacer el amor no hay que tener un Máster, pero nos salió tan bien, tan perfecto, como si lleváramos haciéndolo toda la vida, pero con las ansias y la intensidad de las primeras veces. Esa mezcla me derritió y me conquistó.

Conseguí lo que creía que no podría: olvidarme del mundo, los miedos y los complejos, y tener la mente y todos mis sentidos en lo que estábamos haciendo. Hasta que no sé cuántas posturas y orgasmos después, nos quedamos relajados y medio dormidos... pero enseguida te desperté otra vez, insaciable de ti.

Entrelazábamos los momentos de pasión con los de conversación, y su vez, las conversaciones oscilaban todo el tiempo entre lo profundo, lo sexual y lo trivial. Hablamos de muchas cosas y con muchos tonos, intercalándolo todo en una charla tan genial, de esas que sólo puedes tener con alguien con quien conectas de verdad.

Que vuelvan las cigüeñas al calendario, que sufran por amores los dictadores y los notarios. Que se muera el olvido, que se escondan las llaves de los juzgados...

Me invitaste a un café y tenía todo el tiempo esa sensación de querer seguir contigo, así que me alegré cuando no quedaste con tus amigos y pudimos pasear, seguir divirtiéndonos. Decidimos ir a comer algo (qué rico estaba todo) y enseguida volvimos al hotel, todavía con ganas el uno del otro. Mejor dicho: con más ganas el uno del otro.

Porque voy a salir esta noche contigo, se quedarán sin coartada los criminales. Y serás mi invitada en paraísos artificiales...

Y en lugar de estar ya algo calmados y relajados, el sexo fue más salvaje que la noche anterior. Y siempre con esta sensación de querer más, de no estar saciados.

Pero tuvimos que irnos, me acompañaste al metro y... de eso ya no quiero hablar, porque despedirme de ti fue triste y prematuro, algo absurdo que no quería estar haciendo. Y fue a partir de ahí cuando todas las canciones que he escuchado desde entonces han estado hablando de nosotros.

Dejaremos colgada la caprichosa luna sobre los cines y las estatuas públicas derribadas en los jardines, porque voy a salir esta noche contigo, se quedarán sin medallas los generales. Y seremos los gatos más canallas de los portales...


Claudio :: martes, 4 de enero de 2011 a las 12:47 a. m. :: 0 comentario(s)

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