lunes, 19 de diciembre de 2005
La cultura de las tostadas

Este post viene a cuento a un pequeño suceso que me ocurrió en Valladolid hace ya casi un mes (joder, parece que fue ayer). Cuando fuimos a desayunar, en un alarde de caballerosidad y amabilidad por mi parte (bueno, quizá es que me tocaba a mí, no me acuerdo :P ) me presté a solicitar los
cafeles y tal en la barra. Mi interlocutora gustó de desayunar una tostada, y dada la hora y lo poco que había dormido, perdí por un momento el norte y olvidé
ande estaba, cometiendo la insensatez de decir:
-
¿Una tostada? ¿Con qué?-¡Da igual! Con lo que te la den...Fue entonces cuando caí en que estaba muy al norte con respecto a mi habitual residencia, y me vinieron a la mente las historias de mi padre en sus estancias en Madrid, o incluso las mías propias, a la hora de desayunar.
Menos mal que mi querida interlocutora conoce estas tierras y rápidamente se dio cuenta del tema, que si no me
habiera tomado como el Paco Martínez Soria de turno que viaja a la capital boina en mano por primera vez...
Recuerdo que la primera vez que fui a Madrid, allá por el año 96, entré en un bar que ponía "
Café y tostada x pts...", y que al pedirla, me pusieron el café, la tostada e incluso la mantequilla ya untada. ¿Ein? pero oiga... ¿y si me gusta más la margarina? ¿y si el espesor
mantequillil me gusta que sea del mismo
orden de magnitud que el espesor
panil...? ¿En? ¿En?
Pues mire usted, aquí en el sur las cosas son muy distintas, y con esto pretendo explicar la razón de mi
¿Con qué?Empezando por el pan. Aquí puedes pedir
media o
entera, que sería una o dos rebanadas. El tipo de pan puede ser
pan de viena (normal o integral),
baguette,
mollete o
pan de pueblo. Después está lo que quieras ponerle: puedes pedir aceite (con o sin ajo, con o sin sal, o incluso con azúcar), margarina o mantequilla (en porciones individuales, en mini tarrinas o
de la casa), mermelada, paté (con o sin pimienta), sobrasada, crema de cacao (blanca, negra o blanca y negra), manteca (
colorá, blanca, con o sin tropezones de lomo de cerdo), con jamon york (con o sin queso), con pechuga de pavo, o con salami. También hay quien le pone tomate natural, que puede ser en rodajas o triturado, y por supuesto todas las combinaciones que se os ocurran...
Tampoco creáis que yo son muy especialito. Normalmente mi tostada recorre etapas paralelas a mis etapas vitales. Empecé con la tradición del aceite, ya que mis padres proceden de un pueblo de profundo arraigo olivarero. Después pasé al aceite con paté y después a la mantequilla. Al llegar a Sevilla para estudiar la carrera me pasé al mollete y este año pasé a mi actual mollete con aceite y sal, pero también he tenido otras mini-épocas en las que tomaba otras cosas. Por ejemplo, recuerdo mi última tostada de manteca
colorá con lomo en Arahal, en sus fiestas allá por el año 2002. Volvíamos de la feria a eso de las 8 de la mañana, y vimos la cafetería donde los jornaleros desayunan antes de echar la
peoná, y yo ya con las influencias de los brebajes y tal ya tenía ganas como de vomitar ¿
jabe? Ahora, que me tomé mi café solo con mi
pedaso de
tostá con manteca
colorá y lomo (pensé que ya que estaba en un lugar tan emblemático había que meterse en el papel) y anda que no dormí bien ese día ni
ná...
Claudio ::
lunes, 19 de diciembre de 2005 a las 9:24 p. m. ::

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