domingo, 29 de enero de 2006
El hospital de los venerables

Y como no sólo de juergas vive el hombre, pues hoy he ido a una exposición muy interesante que puede visitarse en Sevilla. Se llama "De Herrera a Velázquez. El primer naturalismo en Sevilla". Es una oportunidad única de ver varias obras de Velázquez y otros autores juntas, traídas desde Londres o Estados Unidos. Algunas de las piezas vuelven a Sevilla por primera vez desde que se ejecutaron. Además se presentan obras de otros autores y se explica cómo influyeron en los artistas sevillanos. De cómo éstos oían o se encontraban con estas nuevas tendencias y viajaban en busca de esas nuevas impresiones. Es un lujo poder comprender tan bien cómo unas obras (o copias de éstas) que tienes delante pueden influir en un artista, y claramente apreciarlo viendo a continuación un cuadro del mismo. Impresionante. Y cómo se expandía la nueva corriente artística, y cómo los autores estudiaban, buscaban y perseguían la nuevas formas y técnicas...

Bueno, y oportunidad única de ver un par de Caravaggios. El que más me ha gustado es el que tenéis arriba,
El sacrificio de Isaac, traído especialmente desde Estados Unidos. Puede apreciarse la forma magistral de tratar la luz dirigida con la que Caravaggio revolucionó (y con la que influyó a todo) el arte. Al natural, os puedo decir que el rostro de Abraham, la cabeza de la oveja y la textura del tronco son puras fotografías.
Otra pieza que me ha gustado mucho ha sido un anónimo titulado La adoración de los pastores, también traído para la ocasión de la National Gallery de Londres. Se piensa que con toda probabilidad los ecos que trajo esta obra fue la que inició la inquietud y las ansias de búsqueda a los artistas sevillanos en torno al naturalismo. Obsérvala con detalle
aquí. Fíjate en el rostro de la anciana y en las manos del muchacho.
El panfleto de la exposición
aquí. En la misma visita puedes visitar en profundidad el antiguo Hospital de los Venerables, ahora convertido en sede de exposiciones. Le contaba a mi amigo que parece que los venerables sacerdotes vivían bien a juzgar por las
instalaciones de las que gozaban, a lo que me ha respondido, sabiamente "
con la iglesia hemos topado, amigo Sancho..."
Claudio ::
domingo, 29 de enero de 2006 a las 1:26 a. m. ::

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