El hombre enamorado se pasa las 24 horas del día pensando en ella. El hombre enamorado está dispuesto a posponer cualquier asunto; nada es más importante que estar con ella aunque sólo sea unos minutos; todo puede esperar. El hombre enamorado ya sólo hace planes para dos y no concibe los fines de semanas, días de fiesta o vacaciones sin la aprobación de ella. El hombre enamorado renuncia a todo lo que haya que renunciar por ella: a los amigotes, a sus antiguas aficiones y si hace falta, a la familia y a su trabajo. El hombre enamorado no flaquea ni un instante, y ante preguntas triviales tales como “¿le quieres?, ¿le serías infiel?, ¿estás enamorado?, ¿es alguien importante para ti?, ¿confías plenamente en ella?, ¿eres feliz junto a ella?, ¿te parece atractiva?, ¿está más buena que Cindy Crawford?, ¿te gustaría pasar el resto de tu vida con ella? ¿folla bien?...” no duda ni un instante, y antes de que termines de formularla, ya te está dando la respuesta perfecta. Es más, con ella ni siquiera espera a que se lo pregunte, sino que se lo recuerda CADA DÍA.