jueves, 21 de febrero de 2008

El buen yantar e buen beuer

Quizás sea ésa la frase que mejor resume el viaje que me ha llevado por tierras de Castilla como son Valladolid, Burgos y Segovia, antiguamente enmarcadas en los parajes conocidos como Castilla la Vieja; pero creo que si una imagen vale más que mil palabras, entonces el resumen perfecto de la gira sería esta imagen, tomada bajo la más absoluta y condenable traición :), pero que mire usted por dónde, al final resulta ser significativa: Buen yantar en marcos incomparables.
En Segovia, por supuesto admiramos las maravillas como son, como no, el acueducto, la catedral y el alcázar. Magníficos parajes, callejuelas, olor a cochinillo y a leña quemada en plena ciudad y olor a calor por doquier.



En Burgos, también tuvimos oportunidad de admirar algunos de sus rincones más selectos, así como, (what else) su catedral, rebosante de arte y por supuesto la tumba del Cid.

-¿Te imaginas que este momento que acabo de vivir fuera crucial en mi destino?

Sí vale, dicho así quizá parezca una exageración, de esas a las que somos muy aficionados (según dicen) los andaluces. Pero a poco que supieras quizá no sería tanta exageración...

Cochinillo

Y como digo, extraordinarias comidas, a cual más típica (y rica) durante el fin de semana: Sopa castellana, cochinillo, rosquillas y yemas, morcilla de Burgos y por supuesto lechazo, siempre acompañado por, como no, magníficos leñazos de Ribera de Duero que quitan el sentío. Madre mía, hacía tiempo que no comía tanto y tan bien, quizá desde la última vez que subí por estas tierras, que como digo, van a ser tierras de muy buen yantar.
Y también pasó mucho más. He de agradecer a la Su como siempre por hacer de perfecta anfitriona (más de lo que merezco)y reportera gráfica, así como a J.M. por ser nuestro chófer particular y a veces también fotógrafo :) y todos los amiguitos y amiguitas que por esas tierras dejo; espero que hasta dentro de poco tiempo. Muchas gracias.
Lo malo es que como siempre, hay que volver, la rutina diaria (a mí me dio tiempo a dar una clase particular y todo), la comida diaria, las caras de todos los días, el clima (pasar de 4º a 21º centígrados el mismo día), pero como siempre y cada vez más, algo de ti se va quedando atrás a cada paso que das, en cada viaje que haces. Algo sin duda ha quedado de mí en tierras de Castilla. O quizá algo de Castilla se ha quedado en mí.


Claudio :: jueves, 21 de febrero de 2008 a las 10:36 a. m. :: 2 comentario(s)

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