martes, 16 de diciembre de 2008

Nueva superproducción humana en exclusiva mundial y por tiempo limitado

Realmente para mí ha sido un ejercicio. Al margen de la composición en sí, que salvo en algunos detalles ha supuesto una creación desde cero, lo que me interesaba era experimentar con la instrumentación característica de tres situaciones: drama, acción y misterio. Y claro, en lo que a instrumentación situacional se refiere, todo está inventado, así que no ha sido más que coger los grupos de instrumentos típicos de cada cual, y p'alante (como los de alicante). En concreto la parte 2 (acción) es un ejercicio típico que todo músico ha de realizar al menos una vez en la vida (igual que resolver la ecuación de Laplace tridimensional en coordenadas esféricas para un físico: se hace una vez en la vida y luego ya se copia cada vez que se necesite).

Han sido meses y meses de trabajo, pasito a paso a ritmo de hormiga (creo que empecé por febrero). 60 pistas que suman más de 120 minutos de composición, creadas un poco allí, un poco allá, en Madrid una parte, en Sevilla otra parte, en Alemania otro trozo, en Málaga otro fragmento... hasta conseguir la forma final de esta pieza que pasará a los anales (y vaginales) de la historia como la obra que hizo tambalear toda la percepción conocida hasta la fecha de la creatividad humana...







Licencia de Creative Commons


Se puede descargar aquí.

Claudio :: martes, 16 de diciembre de 2008 a las 12:22 a. m. :: 3 comentario(s)

-------------------------------------

lunes, 8 de diciembre de 2008

Conversaciones que marcan

A veces una simple conversación con una persona, que puede ser especial para ti o no, supone un verdadero punto de inflexión en tu vida y puede hacer cambiar tu forma de ver las cosas o incluso que tomes una decisión importante para tu futuro, haciendo que con los años te acuerdes cada día de esa conversación y de lo que ha supuesto para ti. Y muchas veces esa persona que acabó siendo tan importante para nosotros, ni siquiera sabe las implicaciones que tuvieron aquellas palabras suyas.
En los últimos tiempos he creído tener varias conversaciones de ese tipo con personas que apenas conozco. Pero con una ha sido especialmente reveladora, porque fui capaz de darme cuenta de que esa conversación supondría mucho para mí en el mismo momento que la mantenía. Entremos en situación:

Una de las facetas que más me atraen de mi nuevo curro es que a veces he de afrontar como parte de mi responsabilidad el realizar ciertas pruebas, obligatorias por ley, encaminadas a comprobar que los equipos cumplen con los requisitos de seguridad radiológica estipulados. Estas pruebas, según la ley, han de realizarse por los técnicos proveedores del equipo en presencia de un radiofísico que debe dar el visto bueno. Total, que no es más que hacer parte del trabajo que se hace como radiofísico, mano a mano con ellos. En esta ocasión me encontraba en un importante hospital público de una capital de provincia limítrofe con Sevilla, y para una prueba de este tipo (sería la segunda vez que la haría yo solo) debía trabajar con uno de estos elegidos, elegidA, para ser exactos, a la cual ya conocí hace un tiempo en una visita que realicé a esta ciudad como parte de mi formación inicial. En aquel primer encuentro nuestro trato fue más indirecto, de hecho creí percibir que ella ni siquiera se acordaba (no pasa nada, ya estoy acostumbrado :) )

Total, la prueba finalmente salió bien, salvo por un detalle. En parte por mi inexperiencia, en parte por problemas de logística, la prueba debió realizarse durante dos días, cuando lo normal es hacerla en un sólo día. Además esta elegida no tuvo inconveniente en prestarme cierto material que necesitaba y que no pude conseguir a tiempo, así como explicarme gentilmente ciertos detalles que no alcanzaba a comprender.
Con todo esto, tras culminar la prueba y para agradecerle el detalle, le propuse a ella y sus compañeras invitarlas a tomar café. El caso es que lo dije por decir, pensando que me diría lo típico, que estaba ocupada o yo qué sé, pero el caso es que sus compis sí lo estaban, o estaban fuera de curso, y al final fui a tomar café sólo con la elegida.
Mientras me decía que sí, pero que le acompañara antes a soltar no se qué, que luego decidiríamos a dónde íbamos, pensé en que aquella situación vista por un guionista era la típica en la que se pensaría: aquí hay chicha, esto se puede considerar como una primera cita. De hecho me recordó mucho a una primera cita que tuve hace años...

El caso es que hablar con ella, conocer su historia, saber su procedencia, de cómo consiguió aprobar sus oposiciones, de cómo tuvo que salir de su ciudad, volver a otra ciudad y empezar de cero, de cómo decidió finalmente asentarse en esa nueva ciudad de forma definitiva... hizo que esa persona que no me llamó la atención más allá de lo puramente profesional (y por supuesto por el incuestionable mérito de llegar a ser una de las elegidas) cobrara más y más interés para mí, tanto que hasta yo mismo viera aquel café como algo más, que encajaba perfectamente, un "claro, así que así era de este modo como te conocía", un "ahora lo comprendo todo", un terreno en el que el pánico se iba haciendo más y más grande...

Pero sin entrar en el terreno personal, aquella conversación pasará a la historia por otra cosa. Fue ahí donde me di cuenta de que no puedo negar lo obvio. Fue ahí donde me di cuenta de que si bien soy afortunado por estar donde estoy, por hacer lo que hago y de la forma que hago, de tener un empleo con suficientes alicientes, y lo suficientemente bien pagado como para poder emprender un proyecto independiente de futuro sin necesidad de una segunda persona tal y como yo deseaba... eso del examen es algo que ya está marcado a fuego en mi mente, y de lo cual no puedo huir.
Fue el momento en que comprendí que en algún momento lo seguiré intentando, no sé cuándo, ni cómo ni con qué finalidad. Pero ya se ha convertido en un reto del cual no puedo escapar. Tengo la necesidad de decir algún día: "Finalmente fui capaz de conseguirlo". Y si realmente no lo consigo, será porque para mí es imposible, pero ese "imposible" aún no ha llegado.

En lo personal, por suerte (o desgracia) este mismo trabajo se encarga de poner cada cosa en su sitio, y al día siguiente ya estaba a más de 400 Km de aquella ciudad, en otra ciudad que se encargaría de recordarme que no es lo mismo sin mí. Y nada pudo evitar aquella nueva distancia, ni su apellido diabólicamente familiar, ni las miraditas, ni mi mano repentina en su bata blanca (para coger prestada su calculadora) que luego se quitó (para tomar café), ni la pegata que me regaló de recuerdo y que hará que me acuerde de aquella conversación cada vez que entre en mi cuarto.



Pd. Se anuncia oficialmente que tras culminar al fin tras meses de arduo trabajo mi última superproducción humana, se procederá a ser estrenada sin falta en el próximo post de este blog, ahora que ya he puesto otro reproductor de mp3 la mar de molón. Así que es obligatorio estar atento o atenta a la nueva entrega.

Claudio :: lunes, 8 de diciembre de 2008 a las 8:13 p. m. :: 0 comentario(s)

-------------------------------------

viernes, 5 de diciembre de 2008

Momento de Calentón. Mañana te arrepentirás.

"Hay cosas que para saberlas bien
no es suficiente con haberlas aprendido."
Kant
Séneca

Jode. Jode tener que estar continuamente interpretando un papel con el cual no te identificas. Jode porque encima tienes que dar la impresión de que en ese papel, que realmente no te describe como persona, eres el mejor, y ponerte al mismo nivel de los que realmente sí se sienten identificados con ese rol de mierda. No puedo llevar dos vidas adelante y ser bueno en las dos. Y jode no poder desprenderse de la vida que no te define y quedarte con la que sí lo hace, en la que realmente sí eres el mejor. Jode no poder demostrar lo que vales, y sobre todo, en qué vales. Y jode no poder ser tú el que ves cómo todos los demás intentan ponerse al mismo nivel que servidor en algo en que eres el líder.
Y jode tener que callarlo.
Y jode tener un puto precio.
Y más aún que lo paguen.
Y jode porque acabas vendiendo tu alma a alguien que vale menos que el mismo diablo.

Menos mal que aún me queda un último cartucho, un plan B irrenunciable que me permite estar por lo menos un rato en la realidad que yo quiero. Me voy a duchar con agua hirviendo que va a hacer que salga moho en el techo del baño, para poder aguantar que hasta con 2 mantas, edredón y enaguas, las sábanas de franela estén frías. Voy a cenar, ver callejeros. Voy a desconectar los dos móviles, el teléfono fijo, bajar la persiana, ponerme los tapones en los oídos, cerrar la puerta y asegurarme que no se me queda el despertador puesto por error. Hoy no quiero saber nada de nada ni de nadie, quiero estar totalmente aislado, dormir y no despertarme hasta pasado mañana. Y así no tengo que aguantar más mierdas. (Y a ver si te enteras).


Claudio :: viernes, 5 de diciembre de 2008 a las 7:58 p. m. :: 0 comentario(s)

-------------------------------------




Estadisticas Estadísticas