miércoles, 6 de septiembre de 2006

Elegí un mal día

Para volver a Sevilla. Vaya la caló que estoy pasando. De no poder dormir, de ducharme sin termo ni nada (con lo malamente que aguanto yo el agua fría).
Pero bueno, tenía que volver y eso es lo que hay. Además me quedo por el momento unos días solo en casa, mi hermano toma el relevo y se queda en Cádiz. Es curioso, me contaba que estos dos meses que ha pasado aquí solo no le han sentado bien. A mí esto de estar solo en casa me sienta muy bien muy bien muy bien (como ahora) o muy mal muy mal muy mal (la última vez hace 3 años) por épocas. Parece que es algo relativamente común, mi profesor de baile (solterón donde los haya, con sus treinta y muchos años) me contaba hace tiempo que a él le pasa eso. Normalmente vive solo en casa, pero hay épocas en las que le "da la paranoia y no puede estar solo" y entonces se traslada unos meses a vivir con algún hermano o hermana, hasta que se vuelve a cansar de tanto jaleo por sus sobrinos y se vuelve a su casa... curioso.

Por aquí las cosas son ingual que todos los años por estas fechas. Nuevos estudiantes perdidos por el campus buscando la secretaría, cargando con sus enormes sobres de matrícula, o buscando carteles de pisos en alquiler. Lo bueno de vivir en un piso mayoritariamente de estudiantes es que los vecinos cambian cada año. ¿Serán ruidosos esta vez? ¿Habrá alguna que esté buena?

Por suerte las vecinas de enfrente no cambian, se ven que han empezado a trabajar y pretenden quedarse. Eso es bueno, ver en el tendedero los tangas de triangulito con rayas rojas, verdes y negras caras familiares.

Ah, y el España de baloncesto ha ganado el mundial. Yo me alegro tela, la verdad, es una buena noticia, y los chavales se lo merecen, y han dado una lección de humildad a los engreídos de los furbolistas, que ganando lo que ganan (en dinero) no consiguen ni un título, nada más que tías buenas, peinaditos hiperfachions y anuncios de Naic.
Lo malo es que sabe más el diblo por viejo que por diablo, y esto que se nos avecina ya pasó en los ochenta, cuando gente tan mítica como Corbalán, Epi, Solozábal, Romay o el malogrado Fernando Martín quedaron los segundos en las olimpiadas. De repente todo el mundo quería jugar al baloncesto, no había escuela que se preciara que no instalara un par de canastas y en la tele no hacían más que poner partidos de básket. Y revistas, oiga. "Gigantes del Basket", "Mundobasket" "SoloBasket" y demás, que ahora ya ni existen. Y gente que "lo que siempre he querido hacer desde pequeño ha sido jugar al baloncesto". Que parece que es un síndrome de los de operación triunfo, que "desde pequño siempre han querido cantar"; ya se lo han contagiado también a la París Hilton, que después de haber hecho porno casero, diseño de moda, modelo de pasarela, empresaria y actriz, ahora ha sacado un disco y ha tenido la poca vergüenza de decir también que ella desde siempre ha querido cantar. Ya cuando salen estos elementos en la tele mi hermano y yo estamos expectantes, a ver cuánto tarda en decir la coletilla (igual que los deportistas con el "y bueno").

En fin, que me da pena por los que realmente llevan años currándose el baloncesto, que ahora van a estar digamos un año (lo que tarde en pasarse la fiebre) teníendose que pegar piñas para poder pillar una canasta libre...
Ah, y ojo al dato, la canción que han puesto de moda la selección ha sido la que yo ya comenté hace tiempo aquí. Si es que la música que es buena, es buena...
Últimamente no dejo de acordarme de esta canción, la llevo siempre en el empetrés. Y es que me parece digno de un auténtico genio (esse bisharraco de todossss) la manera de expresar en apenas una estrofa una verdad tan abrumadora y no por ello menos tópica: la forma tan típica y cobarde de dejarte. Os dejo esta vez la letra, resaltando los pasajes "más bellos" a mi entender:

Hombre despechado - Ricky López

Mi novia suspiraba
por poderse operar
lo que tira más
que dos carretas.

Estaba acomplejada
desde la pubertad,
en la "pandi" la llamaban
la planeta...

Y aunque a mí me bastaran así,
en aras de verla feliz
,
para San Valentin, me lucí...

Le regalé la operación,
medio kilo cada teta,
total casi un millón
de las antiguas pesetas,
con la agravante
que le da a mi accion más mérito,
como buen currante,
tuve que pedir un crédito.

Y asi fue como mi Mari,
cambió de sonrisa
y de talla de sostén,
pasó de 0 a 100,
más deprisa que un ferrari.

También aumentó su vida social,
tanto que en un mes
y sin motivo de queja
me viene con un "tenemos que hablar".
Me sienta en el sofá
y me suelta, que me deja
que necesita soledad,
pa que su mente se equilibre.
Que me quiere pero no esta enamorá,
que se va,
que prefiere ser libre.
<---Dantesco!!!
Mentira, que a la semana
me entero que está
viviendo ya con un tal Casio
,
mira que casualidad,
el monitor de su gimnasio...

Cornudo y apaleao,
me vi sin ella y sin saber
donde poner los brazos,
con cara de portero goleao,
aun me quedaban por pagar 22 plazos.

La llamé y le dije,
no hay derecho,
esto no es justo,
tiene delito
y a los pechos me remito...
señorita que yo estoy
pagando el busto
con el que otro pasa gusto,
y me replica Santa Rita, Santa Rita...

Es una mala mujer,
lo sé desde que no esta a mi lado,
es una mala mujer,
y yo un hombre despechado...



Pd. Se me olvidó decir que aparte del exquisito Picalomacho, tuve oportunidad de indagar más en la comida Boliviana: Lengua de Ternera. No está mal, se sirve con una salsa picante y guisantes. El sabor es básicamente a ternera. La pega es la textura: es una mezcla entre chicle e hígado... vamos, que en toda regla tienes la sensación de comerle la boca a una vaca...

Claudio :: miércoles, 6 de septiembre de 2006 a las 12:12 a. m. :: 7 comentario(s)

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