lunes, 31 de marzo de 2008

La regla de la mano derecha o Ya no creo en nada

Como sabrás (y si no yo te lo digo), en física hay una serie de reglas mnemotécnicas que se llegan a convertir en la biblia a la hora de afrontar ciertas definiciones, algo que por cierto puede parecer paradójico, porque en ocasiones una definición rigurosa depende de un concepto poco científico.
Algunas de las más conocidas y curiosas pueden ser, por ejemplo la regla de la mano derecha para conocer la polaridad magnética de una espira por la que circula una corriente. Pero es aún más increíble la regla que se deriva, la cual dice que la espira actuará como un polo "Sur" o "Norte" según la dirección de la corriente en la espira se ajuste mejor, tal como la vemos, a los extremos de una letra "S" o "N" (rigurosamente hablando, una cara es norte cuando un observador situado frente a ella ve circular la corriente en sentido antihorario y es sur en el caso contrario).

Otra asociada a la mano derecha puede ser la que te da la dirección de la corriente rectilínea sabiendo cómo son las líneas de campo magnético del campo que produce, la ley de Oersted, que dice que "si se mantiene un alambre en la palma de su mano derecha de tal manera que el pulgar apunte en dirección de la corriente, sus dedos circulan en la misma dirección del campo magnético", o la que te permite dilucidar las direcciones relativas de la fuerza electromotriz generada, la densidad de flujo magnético y la velocidad de movimiento relativo entre el campo magnético y los conductores de un generador electromagnético.


Y claro, luego ves a la gente en el examen haciendo gestos y parece que está mandando al profesor a tomar por culo.

Pero si hay una regla importante y absolutamente salvadora, es la regla del tornillo. Permite conocer conceptos tan apasionantes como la dirección de las velocidades angulares, cuándo un triedro está positivamente orientado o la dirección y sentido del producto vectorial entre dos vectores.
O al revés: sabiendo el resultado de un producto vectorial, en la vida real puedes saber si estás apretando o aflojando un tornillo.

Pero eso era ante.... musho ante....

El otro día compramos una desbrozadora, y a la hora de montarla todo aquello en lo que creía se derrumbó cual castillo de naipes. Mientras montaba la cuchilla con mi hermano, me dispuse a hacer algo tan simple como apretar un tornillo. Un intento de giro y nada. Otro intento de giro, y nada. Mi hermano se desespera y me dice:

-Quillo, la regla de la mano derecha ¿qué?...

Miro las instrucciones y pone claramente "Para fijar el disco aprete el tornillo girando hacia la izquierda". Puedo asegurar que la sensación de apretar un tornillo girando hacia la izquierda y aflojarlo girando hacia la derecha es algo que todo el mundo ha de probar alguna vez, y mientras lo haces no eres consciente de las implicaciones metafísico-universales y humanas que tiene lo que estás llevando a cabo. De hecho (cómo no) nos equivocamos y tuvimos que poner y quitar el tornillo un par de veces, y te juro que antes de hacerlo me lo tenía que pensar.
Ese tornillo está hecho al revés, porque si no, al girar la máquina el disco se aflojaría solo. Pero lo malo es que ahora habrá que cambiar en todos los libros de física y matemáticas la definición del producto vectorial:

'Cuando se hace girar un sacacorchos o un tornillo "hacia la derecha" (en el sentido de la agujas de un reloj) el sacacorchos o el tornillo "avanza". También se puede utilizar el sacacorchos o un tornillo en el otro sentido: cuando se hace girar un sacacorchos o un tornillo "hacia la izquierda" (contrario a las agujas del reloj), el sacacorchos o el tornillo "retroceden", salvo en los tornillos de los discos de las desbrozadoras'

Y como le dije a mi hermano, parafraseando a los Simpsons, si ya no puedo creer en la regla del tornillo, yo ya no sé en qué creer.

Claudio :: lunes, 31 de marzo de 2008 a las 12:09 a. m. :: 5 comentario(s)

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lunes, 24 de marzo de 2008



Ya no sé si es que no soy capaz de explicarme con la suficiente fluidez, no es fácil entenderme, o quizá una mezcla de los dos.
Resulta que yo, que soy el más tirado, el más animal, el que más se ve envuelto en la miseria e inmundicia de la Península Ibérica, soy el que con más facilidad se pone al nivel de los grandes para comprenderles, mientras que los grandes, los afortunados, los elegidos, todavía no son capaces de bajarse a mi nivel y comprenderme a mí; y no sólo no lo comprenden, sino que además quieren cambiarme.
Sé que es difícil, pero hay que hacer un ejercicio consistente en ponerse en el pellejo del otro, y darse cuenta de que tal como estoy, estoy bien. Estoy lo mejor posible dentro de las posibilidades que tengo actualmente, y por ahora no tengo interés en cambiar, a no ser que cambien las circunstancias externas; y en cuyo caso ya pensaré cómo amoldarme de la mejor forma a la nueva situación. No creo que sea tan difícil de entender. Y si no, considéralo un acto de fe y ya está. Tampoco me cierro a otras posibilidades, es sólo que ahora estoy acomodado en la mejor posible dentro de las circunstancias dadas, y para que pueda cambiar, antes deben cambiar las circunstancias, lo cual es 50% empujoncitos que yo pueda dar (o no) y 50% suerte o destino... pero déjame...

Y es que yo, para que me crea que alguien es feliz, basta con que me diga "soy feliz". Y ya está, y si sus circunstancias son distintas, pues pienso "claro, es que con esas circunstancias, él ya es feliz así". Y es más, si sus circunstancias son diametralmente opuestas a las mías y sigue siendo feliz, pues pienso "ole, esas circunstancias a él le hacen feliz" o simplemente "vale, algo se me escapa en su forma de ver las cosas, yo las veo de forma distinta, pero a él le vale para ser feliz" y ya está... pero nunca trato de cambiar a la gente o hacerle ver que está equivocada, porque de hecho no lo está.
Lo que te hace feliz a ti, no tiene por qué hacerme feliz a mí, y ninguna de las dos formas de visión vital es mala, ni ninguna de las dos es buena, simplemente son distintas; la tuya es buena para ti y la mía es buena para mí...

En la fiesta por el nuevo contrato:
-¿Por qué no echas tú también el currículum?

Cuando me presentan a su nueva novia:
-¿Y por qué no te echas novia?

Cuando voy a una boda:
-¿Y tú para cuando?
(Sin tener novia ni nada)

En el bautizo:
-¿Y tú cuándo te vas a animar?
(Sin tener novia ni estar casado ni nada)

¿Ves la diferencia? ¿Qué ocurriría si yo me dedicara a entrar en los eventos diciendo...

¿Por qué no dejas el trabajo por otro donde te paguen más o no te exploten?

¿Por qué no le pones los cuernos a tu novia? Conozco unas pilinguis que seguro que se enrollan...


¿Por qué no te divorcias?


¿Por qué no abortas?

Claudio :: lunes, 24 de marzo de 2008 a las 11:44 p. m. :: 2 comentario(s)

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jueves, 13 de marzo de 2008

Mi vida en... Madriz (y 3)

Con esta entrada concluye (por el momento) la trilogía de posts "Mi vida en..." iniciada aquí y continuada aquí.

1.- Éste es el hotel donde me alojaba.
2.- Con su piscina. Yo siempre pedía habitación con vistas a la piscina porque era menos ruidosa, así que me habitué a verla al mirar por la ventana. El período de tiempo más largo que pasé aquí fue de Enero a Marzo de 2004, que incluso vi nevar, por lo tanto no la caté. Sin embargo, ya la había catado cuando estuve en Julio de 2003 :)
3.- En esta esquina a las 8 y media de la mañana nos esperaba el minibus de la empresa que nos llevaba a la oficina. También cabía la posibilidad de coger el mismo bus para volver, pero claro, para eso había que salir a las 7, no a las 9 como yo. Así que de vuelta o bien cogía el bus de línea o bien me daba un paseíto bastante agradable.
4.- Aquí el gimnasio.
5.- Aquí un día me pegué una hostia un día de camino al gimnasio. Había llovido un poco y como había unos escalones de mármol, resbalaban un huevo, así que pegué un salto... y plaf. Debió de ser muy graciosa porque caí de espaldas y se me quedaron las piernas en alto, pero lo suficientemente gorda como para que el que me viera dijera "uy, pobre" y mirar para otro lado para que mi bochorno fuera menor. Yo sólo sé que me dolió tela.
6.- Aquí había un pequeño bar a donde solíamos ir a cenar los lunes. Normalmente había un cartel donde decía que no servían en las mesas, pero a fuerza de ir todos los lunes y de verme a mí a las 9 de la noche con el traje, la corbata, aún cargando con la maleta y después de levantarme a las 6 de la mañana en Sevilla, se ve que se apiadaron de nosotros e hicieron la excepción de servirnos en la mesa for ever e incluso nos daban conversación. Tenían una ensalada de pollo, unos changüi y unas cortezas de cerdo que quitaban el sentío :)
7.- La pista de tenis del hotel. No llegué a catarla porque decían que el suelo no estaba en buen estado y preferían no correr el riesgo de que algún cliente se lesionara por dicho mal estado.
8.- Aquí hay un restaurante al cual a veces iba a cenar. Varias veces me encontraba allí cenando a Álex Ubago (siempre con amigos, ejem) porque la mayoría de las semanas estaba por allí, alojándose en el mismo hotel.

Claudio :: jueves, 13 de marzo de 2008 a las 11:20 a. m. :: 2 comentario(s)

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lunes, 3 de marzo de 2008

Te necesito

En los últimos tiempos estoy teniendo sueños muy extraños, variados e increíblemente lúcidos. Hay veces que me despierto de un sueño dentro de otro sueño. Lo que ocurre también con el paso de los años es que cada vez uno se vuelve tan incrédulo que cuando al fin ocurre algo después de muchos años esperándolo... no se lo cree y se da cuenta de que es un sueño. Eso me ha pasado últimamente dos o tres veces. Eran sueños tan ansiados y extraordinariamente poco creíbles que cantaban tanto como para darte cuenta de que era un sueño, haciendo inútil cualquier test de realidad (en realidad nunca se me ha ocurrido hacer ninguno, siempre llego a la conclusión de que estoy soñando mediante ideas felices) Y eso a veces es una mierda, porque se pierde la magia ¿qué mejor lugar para dejarse llevar que en un sueño?
Y a veces lo sueños agradables son también una mierda. Me ha pasado ya dos veces en una semana, que después de tener la miel en los labios, sentir como cierto algo muy agradable y hacerlo propio, te despiertas y te das cuenta de que a fin de cuentas... no es real y vuelta al principio.

Y hay algunos sueños-señales, que no sabes si los tienes para que se den una situación o es al revés; estaba escrito que ibas a darte de bruces con esa situación y por eso has tenido el sueño. Yo me entiendo.

Y aprendiendo. Aprendo que los sueños, sueños son, y no se puede pedir peras al olmo. Y comprendo que en la mayoría de los casos, la forma de ser de las personas viene dada no por lo que quiere ser, sino por lo que le ha tocado vivir. Eres lo que eres no porque quieras serlo, sino porque es tu mejor opción (o incluso la única) . Y esto nos lleva, una vez más, que los grandes poderes conllevan grandes responsabilidades (lo que me reía yo cuando leía esto en los tebeos de Espiderman y lo peliculero que sonaba, pero mire vd. por dónde...) o mejor aún... incluso los más afortunados sufren sus maldiciones particulares...
En los últimos tiempos me visto claramente que me equivocaba en cierto modo. Yo pensaba que la mayoría de mis grandes frustraciones desaparecerían sin poseyera determinadas cualidades intrínsecas que no poseo. Pero ahora veo claramente que desaparecerían mis actuales frustraciones... pero indudable e inevitablemente aparecerían otras, otras frustraciones, dicho sea de paso, que son siempre las mismas y bien conocidas para todos los que sí que poseen esos dones.
Y sinceramente, a veces incluso me alegro de que mis carencias sean las que son, y no otras, porque a veces dudo si las frustraciones de los elegidos son compensadas por sus dones... o al menos en comparación con mis dones/frustraciones.

Y ahora, atención, porque es cierto que:

Atención! Necesito tu ayuda!!!

En relación a esto, te cuento que necesito urgentemente documentarme y ser capaz de entrar en la mente de un personaje para comprenderle. Debe ser una persona de entre 30-35 años, con un éxito profesional abrumador, terriblemente envidiado por todos los que le conocen, con una vida perfecta que todo el mundo querría y que él ha conseguido. Alguien que desde pequeño ya era el empollón de la clase, que desde siempre se veía que llegaría muy lejos... pero... ahora que lo tiene todo se siente frustrado y a veces piensa que se ha perdido algo por hacer siempre "lo correcto" o "lo que debía hacer".
¿Eres así? ¿Tienes un empleo fijo de entre 3000€ mensuales o más? ¿Todos te envidian por ello y por tu familia perfecta?(También puede ser soltero) ¿Sin embargo envidias a los que no han llegado tan lejos pero al menos tuvieron todo tipo de experiencias vitales a lo largo de su juventud? ¿A veces fantaseas con romper con todo y empezar una nueva vida? ¿Además no te atreves a hablarlo con nadie por miedo a reconocer que después de todo tu vida no es tan perfecta como piensa todo aquél que te envidia?
Pues entonces eres mi hombre (o mujer) y te necesito. ¿Quieres poder desahogarte al fin y ser escuchado? Soy el indicado. No me interesan los nombres, las ciudades ni los detalles, sólo me interesa la historia vital que hay detrás, puedes ser anónimo. Sólo necesito que puedas entrevistarte un par de veces conmigo, ya sea por teléfono, skype o por mail, todo anónimo (y por supuesto bajo secreto profesional).
Así alguien te escucha y yo logro comprenderte.
Venga, enróllate... :)

Claudio :: lunes, 3 de marzo de 2008 a las 10:57 a. m. :: 1 comentario(s)

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