domingo, 1 de febrero de 2009

Ciudadfamosadelosjuisio

O quizá debería decir Ciudaddelosjuisiofamoso... ¿qué es más famosa? ¿La ciudad, o los juicios que en ella se celebraron? ¿Qué fue antes: el huevo o la gallina?

Da igual. El caso es que el viernes último antes de volver (por ahora), con esto de que el trabajo termina a la hora de comer, y en este país tienen la costumbre de hacerlo a las 12:30, aprovechamos el abundante tiempo libre para visitar la ciudad en profundidad.
La Ciudadfamosadelosjuisio es tremendamente acogedora y evoca sensaciones no fáciles de describir y que se agolpan en tu mente. Casitas antiguas, castillos, tejados inclinados (mejores para los rigores invernales), el río que se sumerge bajo las casitas en donde a orillas y en mejores épocas de calor se puede comer con los amigos, iglesias, torres y también calles comerciales de lo más moderno y chic.
En la plaza principal de la ciudad (Plaza del mercado), donde precisamente los viernes hay mercadillo de frutas, verduras, artesanía y demás, está la Schöner Brunnen o Fuente Hermosa, donde dice la leyenda que si pides un deseo a la vez que giras una argolla dorada que tiene, éste se cumple. Por supuesto, después de mucho pensar me decidí por un deseo. ¿Que qué pedí? No se puede decir, porque si no, no se cumple.
Por suerte la ciudad no se va a mover de ahí y sé que podré visitarla cuando quiera, de hecho voy tomando nota para la próxima ocasión. Es muy buena opción incluso para ir solo, en caso de quedarse sin plan y sin saber qué hacer. Queda tanto por ver... la ciudad medieval, el museo del tren, la tumba de su más ilustre ciudadano, Johann Pachelbel, en el cementerio de Rochus....

De paso también aprovechamos para comer in situ las famosas salchichas que toman el nombre de la ciudad, con receta milenaria registrada y perpetuada generación tras generación. El restaurante, famoso por su decoración de madera antigua y porque las camareras te atienden vestidas de taberneras a la antigua usanza, realmente nos dio un recital de comida y bebida alemana que quitó el sentido. Nos atendieron muy bien.

Sopa de patatas

Brezel

Lebkuchen

Leberkäs (pastel de carne) con huevo y chucrut

Queso obatzter con cebolla

Zwetschgen-wasser (licor de sabores)

Salchichas de Ciudadfamosadelosjuisio con ensalada de patatas y salsa picante de rábanos

Para otra ocasión quedará también comprobar si es cierto que la noche en la ciudad es tan animada. Nosotros preferimos acabar la noche en nuestra ciudad cerca de Ciudadfamosadelosjuisio, que tampoco es moco de pavo. Después de una comida-bebida en el bar de ambiente chill-español, nos fuimos a una disco que ya conocí en mi última estancia. Como no, esta vez conseguimos que nos echaran después de dos toques de atención porque iban a cerrar, a eso de las 6 de la mañana. El desvarío fue considerable, recuerdo vagamente que conocimos a un sevillano de triana que llevaba más de 10 años en la ciudad y que me dijo que le llame cuando vuelva, a un mejicano coleguita suyo y a uno de allí que suele ir a las discos solo (hay gente peor que yo, es bueno saberlo) y que resultó ser un tipo encantador.
Lo malo es que al acostarme a las 6:30 y poner el despertador a las 7:15 para ir recogiendo y coger el taxi al aeropuerto es que no te enteras. Menos mal que fui listo y me desperté cuando vino el encargado del apartamento para hacer el check-out, porque si no hubiese perdido el avión. Eso sí, tuve que concentrarme mucho para decirle (todo lo bien que un andalú borracho puede decir en inglés) que no se preocupara que casi había terminado, y para en menos de una hora recoger todo sin que se me olvidara nada. Concentración profunda.
Finalmente todo salió bien y no me dejé nada olvidado. De hecho me he traído del orden de 400 fotos, 8 canciones, 2 videos y muchos emilios y números de teléfono, aparte de un dolor de cabeza que me duró un día.


En apenas 15 días vuelvo otra semanita para allá. He tenido mucha suerte por conocer a y coincidir con colegas y amigos en general. Siempre cada viaje tiene su esencia particular, una serie de circunstancias que lo hacen especial, y siempre tengo la sensación de que me ocurre al volver. Sé que allá a donde vaya y lo haga como lo haga, todo irá bien. Y esta vez todo ha ido más qué bien.
Pronto volveré para tratar de seguir absorbiendo sensaciones con todos los sentidos y tratar de almacenarlos en mí. Para volver a seguir mirando por las ventanas de esas casas, donde todo lo rápido que te permite el coche que te alberga, puedes ver una lámpara, un cuadro, un mueble o un póster que te habla de los que allí viven, quizá una persona; y que te hace preguntarte cuál ha sido su historia, la misma que ha hecho que en ese momentos u vida se cruce con la tuya.

Claudio :: domingo, 1 de febrero de 2009 a las 6:03 p. m. :: 0 comentario(s)

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