lunes, 9 de octubre de 2006

Otra vez

Al final el macrobotellón superó el anterior récord de 6000 personas alcanzado el año pasado y llegó a la friolera de 9000 personas. Al margen del hecho de que los niñatos y las niñatas tomaran la gasolinera de abajo para apoyar los cubatas y los cigarros en los surtidores, estuve observando cuidadosamente el ambiente. Y a los viejos y viejas postrados en las puertas de sus edificios vigilando sus coches. He llegado a una conclusión: los viejos en realidad muestran su enfado e indignación para camuflar su envidia. Yo al menos lo reconozco :)
Claro, en sus tiempos no había esas juergas, y ahora sí, y de pronto se dan de bruces con una realidad tan abrumadora que les hace ver lo triste que ha sido su vida y todo lo que se han perdido.

Así que para quitarme el mal rollo, pues aproveché el sábado que tenía visita de mi hermano el mayor y la novia para poner en práctica la ruta gastro-ocio-cultural número uno: por el centro, comida wena y pelotazos varios. Es que tengo que ir ensayando para cuando tenga visita, que normalmente siempre me llevan por ahí, pero cuando soy yo el guía... así que cogí a mi hermano y señora como conejillos de indias para hacer un primer ensayo y estudiar sus reacciones. Ya tengo al menos otras dos rutas diseñadas estratéticamente: Ruta por el centro número dos (comida wena wena + rollo tranquilito semi-romántico quasi latino y otros dos por Nervión :)
Total, que viéndonos venir nos fuimos sin el coche ni nada, tempranito en cuanto terminó el España, y les mostré una visión panorámica general de las mejores tapitas del Pepe Hillo: Pechuguita-salsa-ciruela, Pechuguita-salsa-naranja, lomito-vino-dulce-piñones y pinchito-marroquí. Salieron contentos, bien. Es que con el Pepe Hillo siempre se acierta.
Después, aprovechando que a mi hermano le mola ahora el rollito Chill y demás, me tiré el pegote y los llevé al Budha del Mar, con sus cojines, sus figuritas de Budha, su incienso y demás que tanto le molan. No sé si les gustó más esas cosas o el ascensor o incluso la camarera (wena wena) que nos atendió.
Total, que como mi hermano ahora anda montado en el dólar, se empezó a invitar a Casiquecolas, y ya ahí perdimos varios puntos en la escala de decencia.

Después de rajar de todo Dios (a mí lo que más lamentable me pareció fue ver una parejita tal que así: él sentado con los brazos abiertos y el cubata en la mesita viendo la pantalla gigante con videos musicales y ella al lado, de pie, bailando sola. Pa mí lamentable) y como a mi hermano le fue también el rollo grunge en su época, pues a Elefunk. Ya con lo que llevábamos en lo alto pensé que fliparíamos bastante con los pececitos que ponen en la barra, pero por si acaso nos metimos N pelotazos más. A mí se me pasó el tiempo volado.
Así que a eso de las 7 de la mañana pensamos que sería buena idea dormir un poquito, y nos fuimos al río Guadalquivir a ver si conseguíamos un taxi. Mi hermano del tirón se echó a dormir panza arriba en un pollete y me dijo que si no encontrábamos taxi que llamara por teléfono y nos lo enviaran. Yo primero dudé que fuese capaz de encontrar el número en la agenda, y una vez conseguido, que fuera capaz de hacerme entender (coño, que no podía ni hablar) así que les dije que fueramos andando hasta que encontráramos uno, que tarde o temprano aparecería.

Así que llegamos a pie.

Lo pasé muy bien, me desperté a las 2 el domingo y pasé un día de resaca espantoso :(
Los años no perdonan, cada vez me emborracho antes y me duran más las resacas.
Pero bueno, un día es un día, que desde Agosto no me corría una juerga en condiciones, leñe.

Claudio :: lunes, 9 de octubre de 2006 a las 11:28 p. m. :: 2 comentario(s)

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