miércoles, 29 de agosto de 2007
Los caminos del destino

Cuesta no emocionarse ante una muerte tan injusta. Se te hace un nudo en la garganta y es mejor no tratar de hablar.
Una vez más se demuestra que a priori es imposible saber cuál es, o no, tu propio destino (si acaso se pueden hacer conjeturas estadísticas, pequeñas sugerencias), pero de lo que no hay duda es de que éste existe, y cuando hace acto de presencia, no se puede hacer nada por sortearlo. Sólo queda aceptarlo con resignación y valentía y no hacerse preguntas.
Descanse en paz.
Claudio ::
miércoles, 29 de agosto de 2007 a las 11:06 p. m. ::

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lunes, 27 de agosto de 2007
Leaving Paris
Para terminar la trilogía de post sobre París, contaré pequeñas sensaciones. Por ejemplo, el olor. Por el barrio latino, el olor es igual que en Londres: comida de todo tipo. Y cuando llueve huele igual que cualquier otra ciudad ¿?
No sé si será porque París es, además de la ciudad de la Luz, la ciudad de la moda, te encuentras por todas partes auténticos monumentos (tías) que van por la calle como si fueran desfilando por una pasarela, a nivel de movimiento, indumentaria, peinado y maquillaje. También hice una miniencuesta en el metro. En París el porcentaje de mujeres que se hacen la manicura francesa es mucho mayor que en España. Así para andar por casa, calculé que es más de cuatro veces superior que en Sevilla. Yo creo que contabilicé hasta el 80% de las mujeres que veía. Y si son de raza negra, se dispara casi al 100%
Me pregunté si, generalizando el resultado, será también mucho más frecuente el francés (no el idioma) y el ménage a trois. Esto no lo pude investigar.
Sobre el idioma. Definitivamente me creí eso de que te apañas mejor en inglés que en francés. Sin duda. Un francés entiende mejor el Spanglish que si intentas chapurrearle francés. De hecho, te puedes manejar mejor en Spanglish en París que en Londres, puesto que lo entienden mucho mejor que en Inglaterra. Ah, y por suerte el español también es mucho más común que en Inglaterra. Muy poca gente no comprendía "medio qué" el castellano, sobre todo en zonas turísticas (muy al contrario que en Londres).
Para prueba un botón:
A la salida del Louvre fue cuando compramos des "pains au chocolat" y cuando el tipo me preguntó que cuántos queríamos, no entendió mis reiterados intentos de decirle "sept" hasta que le dije "seven". Sin embargo entendió a la primera "Une bouteille d'eau" que le dije en perfecto andalú, frase made in mi viejo libro de texto "Le Noveau sans frontieres".
Los barrios que salían en dicho libro de texto sí que existen. Por ejemplo, la Place Monge :)
Nota mental: A ver si de una vez por todas dedico un post al libro de texto, al (idioma) francés y de cómo me hice coleguita del Tion. Fin de nota mental.
Y finalmente, toca descubrir el gran misterio de "las preguntas que en realidad son respuestas" Lo he tenido que dejar para el final porque está íntimamente relacionado con el regreso, y de hecho siempre fui consciente de que no obtendría dicha respuesta hasta el momento de volver.
Totalmente por casualidad, mientras preparaba el viaje, (buscaba información, transporte, repasaba un poquito de francés) di con una música. Mientras navegaba por internet buscando todo esto, decidí escuchar una recopilación de un autor, que me bajé por error buscando otra cosa, para no aburrirme. El reproductor estaba oculto, ni siquiera sabía cómo se llamaba el tema, me gustó, y al querer ver el título... me quedé helado:
"Leaving París"
Y yo que buscaba la banda sonora de "Pluncket y McLeane" y de "World Trade Center"...
Para los que nos obsesionamos con la música para cine, normalmente el proceso es éste: se te presenta un guión, posteriormente unas imágenes y tú tienes que trabajar para crear una música que ayude a comprender la situación...
En este caso era al contrario. Ya tenía la música que era flipante, se llamaba "Leaving Paris"; ahora faltaba vivir la situación, dejar París para así comprender la música.
Las preguntas que se vuelven respuestas.
Así que el jueves 16 de agosto por la mañana, emprendimos el regreso y dejamos París:
Pd. ¿No me dices nada? :D ------->
Claudio ::
lunes, 27 de agosto de 2007 a las 11:55 p. m. ::

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domingo, 26 de agosto de 2007
Pequeño inciso
Y ya a la próxima termino definitivamente con los post parisinos. Que el viernes vino mi hermano para ponernos el DVD de la ecografía 3D que le han hecho a mi cuñá. Que al final nada, es niño, voy a tener un sobrinillo, y no sobrinilla, así que adiós a la posibilidad de que se llame Claudia. De hecho se llamará como el padre (con dos cojones).
Como mi hermano fue a una clínica privada, ahí todo es buen rollo y simpatía (previo pago mediante), así que estuvieron un buen rato mirando que todo va bien, haciendo mediciones... Total, que el doctor en un alarde de amabilidad, se prestó a medirle la picha a mi sobrinillo (5 milímetros). Cuando el DVD llegó al instante de la medición y mi hermano le comentó la susodicha hazaña a mi madre, hizo el siguiente comentario textual que me hizo dar un brinco del sofá en el cual me hallaba semi-dormido:
-Uuuuuh, va a salir a ustedes, de los tres -refiriéndose a mis dos hermanos y a mí- solamente el Claudio la tenía grande de pequeño. Vosotros dos la teníais chiquitita, no como el Claudio que tenía un pedaso picha...
...
-Joe mamá ¿y cómo es que me entero yo ahora de eso? Cagoentó...
Así cari que ya lo sabes. Yo no soy como todos los fanfarrones esos que van por ahí roneando, presumiendo: en mi caso es rigurosamente cierto (y si no pregúntale a mi madre). Así que si eres asidua lectora que llevabas meses sufriendo leyendo en silencio dudando si enviarme (o no) una proposición indecente, ya tienes la información que necesitabas para decidirte. Se atenderán todas las peticiones por riguroso orden de llegada al e-mail de siempre que está a la derecha.
Gracias.
Claudio ::
domingo, 26 de agosto de 2007 a las 11:46 p. m. ::

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miércoles, 22 de agosto de 2007
Apenas unas horas después de llegar a París, fuimos a ver la Torre Eiffel, y su iluminación nocturna. Una vez recuperado el aliento tras el primer impacto, lo que pedía el cuerpo era sentarse en las escaleras del Trocadero, dejarse inundar por la oscuridad y disfrutar del instante.
Pensé en la fortuna que tenemos de poder guardar los momentos; las imágenes en fotografías, el sonido en grabaciones e incluso el movimiento en vídeo. Recordé la vieja historia que contaba que Thomas Alva Edison, según contaba en una entrevista que concedió a la revista Scientific American en 1920, y no contento con inventar el fonógrafo, estuvo trabajando en un invento que según creía, permitiría comunicarse telepáticamente con los muertos.
Thomas Alva Edison pensaba mucho en la retención de los instantes, de ahí que jugara un papel tan importante en la invención del mencionado fonógrafo o la cámara de cine, y la teoría que le llevaba a pensar que se podía hablar con los muertos era que la personalidad sobrevive a nuestra muerte.
Y entonces pensé que sin embargo aún somos muy desgraciados por no poder grabar las sensaciones. Yo sé que estaba allí, podía hacer fotos, vídeos, grabar sonidos... pero nunca podría grabar la sensación completa. Y sé que podré recordarlo, revisar fotos, ver vídeos... pero hasta que no vuelva a estar allí, de noche, sentado a oscuras diciendo "ah, es verdad, esto era así" no podré revivir el momento.
En cuanto a si París es la ciudad más romántica del mundo... supongo que es bueno saber cuál es mi opinión, de una persona que tiene el mismo sentido del romanticismo que una piedra (o en otras palabras, excesivamente objetivo y poco entusiasta al respecto): La ciudad es tan romántica como tú quieras verla. Es cierto que hay muchos parquecitos que invitan a darse un buen filete (ésa es su razón de ser ¿no?), y concretamente me fijé en el que hay justo a pies de la Torre Eiffel, en la que te puedes dar un revolcón en primera linea de Torre, y eso yo creo que le da morbo a cualquiera. Además en Otoño se debe poner muy chulo con hojas secas y demás... sí.
Así que llegué a la conclusión de que realmente no es que París sea una ciudad muy romántica y por eso todo el mundo lo dice, sino que como todo el mundo lo dice, ha acabado por serlo (que es distinto).
Ahora bien, allí sentado también pensé otra cosa. Si yo no tuviera el romanticismo de una piedra, más aún, si fuera de los que quieren compartir su vida a toda costa, si mi vida no tuviera sentido sin el amor y bla bla bla, si yo estuviera en París en aquel momento con esa persona con la que compartir mi vida (----!!!), estaría también allí sentado con ella, los dos en silencio. A oscuras.
Por la noche, ya en la cama, seguí pensando en ello. Pensé en lo que escribí hace mucho y pensé en que debería añadirle una frase más:
"No importa que pasarais los mejores días de vuestra vida en aquel viaje a París."
Y entonces caí en la cuenta de que si hubiera estado con esa persona allí, en silencio, a oscuras... bueno, eso no querría decir nada. Quizá un mes después todo quedaría en nada y entonces... Nunca más podría volver a París porque me traería recuerdos dolorosos y acabaría por aborrecerla, o no regresando nunca más. Y una ciudad como París no se merece eso, y mucho menos por una tiparraca así.
Así que me alegré de estar en ese viaje con amiguitos, pasándolo bien, y de haber estado en silencio, a oscuras, viendo la Torre iluminada desde Trocadero. Y aunque nunca podría retener la sensación al 100 por 100, siempre podré volver, cuando quiera. Siempre me quedará París.
Claudio ::
miércoles, 22 de agosto de 2007 a las 12:28 a. m. ::

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domingo, 19 de agosto de 2007
Estuvimos en un montón de sitios famosos:
-La torre famosa,
-El arco famoso,
-El museo famoso donde está el cuadro famoso de la película famosa basada en el libro famoso,
-La catedral famosa del jorobado famoso,
-El puente famoso...
Tuvimos oportunidad de probar la comida francesa:
-Du boeuf bourguignon,
-De la fondue <- Exquisito!
-Du pain au chocolat,
-De la tartelette framboise,
-Des crêpes au chocolat... <- Pa morirse!
Y también hicimos muchas otras cosas, y vimos otros muchos sitios: El barrio latino, Sacre Coeur-Montmartre, el barrio de Pigalle, Los Campos Elíseos, Plaza de la Ópera, Plaza de la Bastilla, El centro Pompidou, La plaza de la Concordia, Los Jardines de Luxemburgo, El Panteón, La iglesia de Saint Sulpice... y más...
Hay mucho que contar; no se hace en un momento. Poco a poco iré desgranando sensaciones. Gracias a los amiguitos que me acompañaron, sin ellos no habría sido igual.
También encontré la respuesta que en realidad era una pregunta, en la próxima te lo cuento, tendrás que seguir atento o atenta. Es lo que los grandes escritores como yo llamamos "Tensión dramática no resuelta"...
:D


Claudio ::
domingo, 19 de agosto de 2007 a las 10:30 p. m. ::

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sábado, 11 de agosto de 2007
Vacances
En breves momentos emprendo un viaje que me llevará a Arahal para disfrutar de una boda (más bien de la fiesta posterior jeje), después a Sevilla y por último al destino de vacaciones de moda entre la comunidad bloguera: París.
Asín que en momentos como éste, pues lo que pasa por mi cabeza ya lo he contado aquí o aquí, no te lo voy a volver a repetir.
Esta vez además voy con otros alicientes, como por ejemplo encontrar respuestas que quizá deberían ser preguntas... pero eso lo contaré a la vuelta :)
Hasta mi regreso, sean buenos y buenas.
Claudio ::
sábado, 11 de agosto de 2007 a las 3:09 p. m. ::

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jueves, 2 de agosto de 2007
Cada año por estas fechas, al regresar a Cádiz por unos días, toca reencuentro con personas a las que hacía tiempo que no veía. Es lo que tiene.
El otro día me encontré a Mamen. Mamen fue compañera de instituto. Recuerdo que era un año mayor que yo, porque repitió segundo y fue en ese curso donde empezamos a ser compañeros de clase. Nuestra relación se hizo más estrecha a partir de ese año, a raíz de que le conté un sueño que había tenido.
Resulta que soñé que hacíamos el amor apasionadamente encima de mi piano. Claro, se lo conté porque me resultó gracioso, puesto que a mí ni me gustaba Mamen ni nada (de hecho nunca le había prestado atención hasta entonces) y porque mismamente mi piano es de pared, no de cola; así que ya me dirás cómo.
Total, que a raíz de ahí se creó un vínculo extraño; ella pensaba que estaba colado por ella y se divertía dándome calabazas, y yo me divertía viendo las caritas que ponía y cómo bajaba la vista, muerta de vergüenza cuando le decía lo enamorado que estaba de ella. Y bueno, fue una relación graciosa, de vez en cuando aparecía en mi casa sin avisar para exigirme apuntes aunque yo estuviera enfermo, de vez en cuando me invitaba a su casa a hacer “los deberes” en momentos estratégicos en que se quedaba sola… en fin.
Cuando nos vimos el otro día, hacía ya 3 o 4 veranos que no nos veíamos (creo recordar que fue en una discoteca, donde no sé a cuento de qué estaba dándose piquitos con una amiga… ¿?), y nada, me contó que le iba bien; había terminado enfermería, había estado en el extranjero y ahora estaba contratada en un centro de salud de la capital… Cuando le conté un poco como me iba a mí, me suelta de sopetón de forma inesperada…
-Y qué ¿os casasteis?
Y es que incluso no pude reprimir una carcajada… “¿Yooooo? Pare mentira… ¿no me conoces ya, Mamen?”
Y resulta que la sorpresa fue doble, porque supuse inmediatamente que al preguntarme algo tan absurdo, lo hacía al igual que lo hace el 99% de la población: para que le preguntes “¿y tú?” y así poder refregarte en la cara lo que están deseando decirte desde que te vieron (no sé por qué extraña razón todo el mundo piensa que sus propias virtudes son siempre virtudes que todo el mundo desea y de las cuales todo el mundo carece; recuerden que las verdades son relativas, TU verdad no tiene porque ser la de los demás…). Así que esperándome lo que se me venía encima, y recordando que en los últimos tiempos con Mamen, en COU, cuando se sentaba delante de mi pupitre (el cual compartía con mi hermano) se pasaba todo el santo día dándose la vuelta diciéndome “mira, así es la polla de mi novio…” y dibujándome enormes penes que ocupaban todo el alto de mi cuaderno que luego tenía que ponerme a borrar (que los novios cambiaban, pero el tamaño de sus penes eran siempre igual de enormes) le dije:
-¿Y tú? -¿Yooooo? Uy qué va… yo paso… -¿? Joder Mamen, si tú has sido siempre de tener novio… -Bueno novio sí, pero ¿casarme?... anda ya…
Así que sorpresa total, una por pensar que ella era de las que sí que se casan y otra por pensar que ella era de las que preguntaban cosas para poder decir lo que ella quiere.
Después lo pensé y me di cuenta de que soy al revés que todos. Normalmente, cuando alguien (sobre todo las tías) se encuentra con un viejo amigo o amiga, se alegra si éste le cuenta que se ha casado, y si no pues ni se alegra ni se entristece (bueno, alguno que yo me sé le cuelga el Sambenito y se apiada de él como ser inferior que es, pero ésa es otra historia).
Yo soy al revés:
Si alguien se ha casado me provoca total indiferencia, y si no se ha casado, me provoca alegría por descubrir que, al igual que yo, él no es de los que se casan.
Claudio ::
jueves, 2 de agosto de 2007 a las 12:25 a. m. ::

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